Ciudad de México.- “Pareciera que el programa cultural en ciernes del presente sexenio no está siendo dirigido por Alejandra Frausto Guerrero, sino por Paco Ignacio Taibo desde el FCE, Jesusa Rodríguez desde el Senado y San Juana Martínez desde Notimex. ¿Qué quiero decir? Que son ellos quienes han estado haciendo frente y llenando el hueco generado por la secretaria y sus asesores, al decidir abandonar el escenario público donde se están dando las discusiones en torno de las acciones culturales. Son ellos, y no ella, quienes se han encargado de fijar, desde su peculiar complejo de minoría maltratada por el neoliberalismo, las líneas fundacionales del embrionario programa cultural de la cuatroté”.
Así se expresa del sector cultural en su plataforma digital denominada “Los Anteojos de Baskerville”, Carlos Lara G., quien es doctor en Derecho de la Cultura por la Universidad Carlos III de Madrid y una de las mejores plumas sobre este sector.
En este sentido, es de gran interés conocer el pronunciamiento en esta materia por Carlos Lara quien es un ensayista en la materia, en desarrollo, política cultural y legislación de la cultura, además de temas que imparte en diversas instituciones nacionales, seminarios y encuentros internacionales.
El estudioso en su texto precisa que “alguien está mal asesorando a la Secretaria de Cultura, haciéndole creer que es mejor no aceptar entrevistas, que no aparezca en medios y lo que es peor, que no asista a eventos donde puede haber prensa. Es verdad también que desde el politing los mercadólogos sostienen esa suerte de principio de que el que explica pierde. De acuerdo, cuando no hay una estrategia es lo más probable, lo estamos viendo. Así las cosas, la secretaria de cultura está en el peor de los mundos, debido a que no informa ni explica nada, ofrece el hueco a la opinión pública para que lo llene. Si lo hiciera, si tuviera una estrategia, la mitad de los problemas antes señalados, serían un tema más a atender en la agenda de la secretaría, el problema es que no fija posición de forma adecuada, no ofrece entrevistas de fondo, no acude a medios de comunicación y lo peor, decide desaparecer y mantenerse lejos de su alcance”.
Al final de su lectura el también periodista cultural advierte que “su desdibujamiento ha generado en el equipo que dirige y en el funcionariado cultural en general, un desánimo preocupante, pues sienten que no lucen ni las cosas que se vienen haciendo bien (que las hay), las reuniones regionales, en los estados, la reorientación de programas, la priorización de acciones, y es porque no les permiten informar qué es lo que suplirá todo lo que están desapareciendo”.
O sea, “hay momentos para salir a medios y otros para marcar distancia, una crisis como la que le han generado, hace necesaria su presencia en medios. Ojalá decida tomar todas y cada una de las atribuciones que el cargo le confiere, para que comience a ser vista como lo que es: la Secretaria de Cultura”.
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