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A principios del siglo pasado en Uruapan se fundaron varias embotelladoras de bebidas gaseosas y sodas que ofrecían sus productos, esencialmente en las tiendas del pueblo y plazas cercanas de tierra caliente y la zona purépecha.
Una de las primeras que se fundó en el Uruapan de antaño, fue propiedad del señor Ignacio Ríos, padre de la señorita Gela Ríos, damita muy conocida por la sociedad uruapense de ese entonces.
La negociación de don Nacho se ubicó en la 4ª cuadra de la Calle Real, hoy Independencia. Dentro de su surtido se recuerdan sus preparados de concentrado de limón, plátano y grosella.
Otro refresquero uruapense fue don Jesús Cerda Vizcarra, del cual hablaremos en otro espacio, por ahora señalar que su empresa se llamó “Embotelladora Azteca”, también tuvo como razón social “El Manantial” y “La Estrella”. Duró en función de 1910 a 1958. Suyos son los refrescos “Betito” y el “Kiss”.
Asimismo, Luis Mendoza Barragán, pariente del exgobernador michoacano José María Mendoza Pardo; un cotijeño muy estimado, allá por el año de 1925 abrió su embotelladora denominada “El Aguila”, localizaba en la calle de San Juan Evangelista, hoy Manuel Ocaranza. El señor Luis la regenteó muchos años y luego su hijo continuó con la negociación, aunque en la calle Madero, no obstante, en su gerencia duró poco tiempo. Famosos fueron los refrescos “Caballitos” que expedían los señores Mendoza.
Allá por 1930, registramos una embotelladora más de nombre “El Riego” y fue administrada por el señor Jesús Moreno. Ubicada en la primer calle de San Francisco, hoy Alvaro Obregón. De esta tenemos muy pocos datos. Aunque se sabe que el dueño se casó con una damita de apellido Barragán.
Igualmente, podemos hablar sobre la embotelladora de José Rodríguez, esposo de María de la luz, hija de don Juan Magaña. Su fabriquita operó a mediados de la década de 50´s, en la calle de Madero Número 40. Al fondo de esa finca se fabricaban unos riquísimos elaborados que para estar de moda les pusieron “Baby Puchs”, que por el nombre de la bebida hubiera hecho millonario al señor Rodríguez, quien mejor prefirió marcharse a probar suerte en la ciudad de México.
De la embotelladora de don Juan Morfín (pariente del ex senador panista José González Morfín), persona muy estimada por la sociedad de aquellos años, se hizo famoso el reconocidísimo, sabroso y deleitable “Orange Crush”.
Sí se buscan más embotelladoras, por supuesto que las hubo, aunque mucho más efímeras, trabajo para otra entrega.
Con este antecedente, ahora nos referiremos a un personaje que se dedicó a la fabricación de sodas y refrescos, cien por ciento naturales y producidos por supuesto en nuestra ciudad, un pueblo con sello comercial. Nos queremos referir al señor J. Dimas Pasaye Macías.
Don Dimas, originario de Paracho, fue uno de los mejores empleados que trabajó con don Jesús Cerda, dueño de la embotelladora mencionada en los párrafos anteriores.
Fueron sus padres, don Miguel Pasaye y doña Rafael Macías. La familia Pasaye Macías la integraban tres hermanos: Dimas, Margarita y Maclovio.
La infancia de los Pasaye la transcurrieron en Paracho. A pesar de no saber leer ni escribir, Dimas se esforzó en ayudar en los quehaceres del hogar.
Ya joven, en Paracho conoció a la señorita Amparo Quintero, hija de un comerciante de carne, llamado Lino Quintero.
Recién casados decidieron probar suerte y se marcharon de Paracho, escogiendo como residencia la ciudad de Paraíso Michoacano, siendo ésta el centro rector de la economía de la región, y como sabemos aún lo sigue siendo.
En nuestra ciudad laboró en algunas negociaciones, pero más que nada -como se dijo- trabajó con el comerciante Cerda.
Fue por el año de 1935 cuando don Dimas Pasaye, por pura necesidad fundó su propia embotelladora, con el nombre de “Popo”.
El lugar donde se preparaban los refrescos fue la calle de 5 de Mayo número 38, colonia centro, propiedad de su familia.
La empresa del parechense prosperó al paso del tiempo. Más cuando don Jesús Cerda, su ex patrón cerró temporalmente su refresquera.
Don Dimas aumentó sus dividendos al crecer su producción y clientela. Para entonces en la embotelladora “Popo”, ya se elaboraban diversos refrescos como el “Sidra Perón”, que era una bebida preparada de Manzana. También “El Ozir”, elaborado de naranja, o de limón y o de sabores; otro famoso de la marca “Popo” fue “El Tornillo”, su botella tenía forma de tornillo, de ahí su nombre.
Quizás el más popular en el comercio uruapense fue el singular “Tamacola”, preparado especial con la mezcla de tamarindo y cola.
Los refrescos se expendían en casi todas las tiendas de abarrotes de la ciudad, en el centro, barrios y colonias.
Además, “Popo” se distribuía en la tierra caliente michoacana, en poblaciones como Charapendo, Lombardía, Nueva Italia, Apatzingán, Ibérica, Casilda, Parácuaro, etc. Pero también se atendían las plazas de la Meseta Tarasca, en especial Paracho, Aranza, Charapan, Cherán, Nahuatzen, etc.
Siendo una empresa bien organizada, comercializaba sus refrescos en vehículos y por supuesto en tren, aunque no por eso durante muchos años sus envíos eran por medio de la arriería.
En cuanto a la preparación de las bebidas, las esencias naturales se compraban en la ciudad de México y aquí los trabajadores, algunos de ellos sus hijos, elaboraban la rica miel.
Otro detalle es que en los primeros años las botellas de cristal de “Popo”, no tenían impresa su marca, sino que se le pegaba una etiqueta con engrudo natural.
Más tarde, llegaron a la casa embotelladora unos inspectores, al parecer de Salubridad o Hacienda y les obligaron mandar hacer una corcholata especial y el impreso de la botella como marca propia.
Así lo hicieron y se las trajeron de la ciudad de Guadalajara, de donde también compraron una lavadora de botellas de la marca Dizzie, con la que dejaron en paz la lavadora manual que tanto le había servido.
La embotelladora de don Dimas Pasaye es otro ejemplo de las empresas uruapenses que a pesar de las carencias y necesidades, sobresalió como una empresa respetable, y qué decir de la próspera Fábrica Chocolatera Uruapan, que sigue vigente y naciera como La “Flor de Michoacán”.
Se sabe que “Popo” duró en operación hasta los años 60´s del siglo pasado, siendo en un momento dado, los señores Pasaye, directos competidores de la Pepsi y la Coca Cola, ya ambas empresas transnacionales en la época de los 50´s aquí expendían nada más como producto comercial un refresco chico de 500 ml, mientras que la embotelladora local, preparaba refrescos medianos y grandes. Por cierto, los refrescos valían entre 20 centavos y 30 centavos.
En resumen, durante más de 25 años los pobladores disfrutaron los sabrosos refrescos de don Dimas Pasaye e hijos, los cuales por su calidad natural, como los de las otras embotelladoras locales, no se pueden comparar con los que ahora venden (Pepsi, Coca Cola, Fanta, Seven Up, etc.) que en comentarios de Teofilo Nares “son puro colorante endulzado y mucha química”, ¿usted qué opina?
Antes de terminar, en cuanto a su familia, el señor Dimas y su esposa doña Amparito, fueron un matrimonio formal, tuvieron doce hijos: Los gemelos Rafael y Alfredo; Da vid, Jaime, Estela, Martha, Miguel, Margarita, Héctor, Luis, Matilde I y Matilde II.
Miguel Pasaye, quien concedió los datos aquí desarrollados en una entrevista realizada en 2006, define a su papá como un hombre muy trabajador, recto, serio, casi nunca se encontraba enojado, condujo a sus hijos por el camino de la superación y el trabajo. Tuvo muchísimos amigos, era muy querido por la gente que lo trató.
No cabe duda que, como dice el dicho, “El que persevera alcanza”. Tal como le pasó al señor Dimas, creador de los Ozir y Tamacola.
Entrevista, Maribel Salazar Ortiz.
Texto, Sergio Ramos Chávez, Cronista de la Ciudad de Uruapan.
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