Leí Madame Bovary de un tirón y no reparé en la técnica literaria. Años más tarde la releí en su idioma y me maravilló el Flaubert style. Vargas Llosa-quien es un ex-sartreano militante y un flaubertiano apasionado-cometió un ensayo sobre la novela en cuestión.
Yo detesto incendiariamente al Vargas Llosa crítico literario, ensayista todólogo, y considero ese texto un adefesio.
El primer capítulo, antes de que fuera libro, lo leí en una revista y me pareció hechizante; cuando intenté leer el libro, no pude: es horrible: te explica cómo están hechas las costuras del traje; cuando yo esperaba algo al estilo de Cioran o George Steiner. Sarte es un antiflaubertiano rabioso y escribió casi tres mil páginas sobre Flaubert: a lo largo de muchos años lo he ido leyendo y es un regocijo el Sartre style-creo que muchos detestan su escritura, aún antes de empezar a leerlo.
De Vargas Llosa gran novelista del «siglo XIX» epígono de Balzac, me quedo con La ciudad y los perros, Conversación en la Catedral y La casa verde.
Sus millones de páginas en ensayos y novelas subsiguientes me serán ignotas ab aeternas.
Juan Heladio Ríos Ortega, CDMX.
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