Ahora que hablo de lucha libre dejando de lado la historia formal y ante la emergencia sanitaria que me tiene en casa para darme un “relax”, quiero citar algunos de mis gladiadores favoritos del ring, la mayoría de ellos originarios de este terruño o vecinos por lo menos del mismo. Me refiero a deportistas que fueran famosos entre los 70´y 80´s del siglo pasado, en sus presentaciones en las contadas arenas de box y lucha libre que había en Uruapan.
Aunque ya desde finales de los 40´s hubo luchas en esta ciudad, por ejemplo, la Arena “Benito Juárez” (antiguo Teatro Juárez), situada en la calle de Madero, esquina 20 de noviembre; o en la mismísima “Coloso”, de la calle 16 de septiembre.
En la citada Arena “Juárez”, muchos uruapenses participaron en combates de la lucha libre, entre ellos; Rubén Vaca, alias «El Temerario», «El XXX», «El Carretero», etc.
Con suficientes centavos, la empresa logró efectuar interesantes contratos con luchadores de fuera, lo que permitió que vinieran a Uruapan grandes estrellas del ring de esa época, algunos en sus primeros años de profesionalismo, otros ya con algo de renombre, por ejemplo: Jesús «El Murciélago» Velásquez, monarca nacional de peso medio; Gori Guerrero, pareja del Santo en México; «Cocoliso» Romero, Santo “El Enmascarado de Plata”, en sus primeros años de luchador. También el regiomontano L. Zandokan, Tarzán López, Roberto el Bobby Bonales, alias “La Maravilla Moreliana”; El Indio Cherokee, Black Guzmán, “La Sombra”, Sugi Sito, “Veneno Negro”, Búfalo Curiel, Enrique Yanes, Erick Boolof, Firpito Bustos, Chi Kon Leong, El Indio Mejía, Steve Morgan, “Chief Red Eagle”, “Black Nassel”, el citadino Babby Torres.
Los combates eran todo un espectáculo. Los golpes, las famosas llaves, los brincos y las travesuras de los rudos fueron la sensación.
Las funciones sabatinas eran grandiosas y populares. Para amenizar el ambiente participaban las dos orquestas más conocidas del momento, la de los «Hermanos Hernández Pacheco» y la de «Las Águilas de San Pedro». Posteriormente se incluiría al elenco musical la «Orquesta Marimba de los Hermanos Mesa».
Hubo otra arena de lucha libre llamada “Coloso”, que estaba en la segunda cuadra de 16 de Septiembre, viniendo del Hotel Mi Solar; creo que llegó a ser un modesto hotel. Duró pocos años en servicio. Una más estuvo detrás de la Escuela Secundaria Benito Juárez, tipo bodegón, muy próximo a los departamentos de la familia Ortiz Arias.
Y bueno, ya que hablamos de luchadores más recientes (años 80`s del siglo anterior), recuerdo a la “Bestia Magnifica”, “El Salvaje”, “Dragón Negro”, “El Gran Drake”, “Panterita Blanca”, “Alex Caballero”, “El Fantasma”, “El Coyote”, “Maravilla Blanca”, “El Olímpico”; y uno que nos deleitaba con sus buenos encontronazos, ¡claro!, nos estamos refiriendo a don Nacho Rivas, mejor conocido como “El Adonis Michoacano”, quien mucho tiempo nos deleitara con sus sabrosos dulces regionales, cien por ciento naturales (En las imágenes que acompañan el texto, figura nuestro ídolo local, “El Adonis Michoacano”.
Mi primo Juan Turrubiates cuando era “tecolote” y estudiaba en la Secundaria Nocturna; a la hora del recreo, siempre le compraba dulces en el receso que era a las 8:00 de la noche, de esto hacen unos 35 años, actualmente los que son “tecolotitos” son mis sobrinos, los hijos del Turri. Quedamos pendientes con una breve semblanza de este personaje de la lucha local.
Bueno, la lista de luchadores es grandísima, si saben de algunos más me gustaría los citaran. Ahora recuerdo al “Azote Negro”, “El Místico”, “Bobby Román”, “El Kalimaco I” y “El Kalimaco II”, “El Bandido” (¡ah!, no me refiero a ningún político local, estatal o federal), “El Fantasma”, “El Aguila Negra” ¡de quien me pongo de pie!
También, “Emperador Escarlata”, “El Felino”, “El Dandy” (a quien todos se la refrescaban); “El Tupamaro”, “El Villano”, “Pelusa”, Manuel “El Matalote”, etc. etc.
Pero eso no es todo, hubo no pocas luchadoras por las que uno pagaba el boleto, sólo para verles el…, bonito uniforme que traían y el zangoloteo y bullicio tan gracioso que manifestaban con su cuerpo femenil; ¡bueno!, eso veíamos la mayoría que íbamos cuando se presentaban.
Ellas, las felinas, aprovechando su condición humana y sexy, nos hacían temblar de emoción, sudábamos frío, chorreábamos y hasta llorábamos de gusto.
Estaban: Irma González y su hija Irma Aguilar, María Candelaria y “La Galáctica”, “Mujer Demonio”, “Fiera Michoacana”, “Flor Justiciera”, “La Escarlata”,” Ultravioleta”, “La Diabla”, “La Rezongona”, “La Despreciada”, En fin.
Las peleas de mujeres eran toda una entretención, que mejor ahí le paramos.
Cierta vez (¿1987?), un pelado medio empedocles, que estaba disfrutando de las luchas en la arena que se localizaba por la Calzada Benito Juárez, ¿recuerdan ese coloso tiernos amigos cincuentones?; nomás se la pasaba diciéndole cosas a la “Mujer Salvaje”, por medio de piropos muy atrevidos: “¡masitaaa!”, “¡¡¡merezco!!!”, “Nada más te veo y palpito” (…); hasta que la ruda toda encabronaa´ se bajó con gran furia y que lo atasca de golpes en cada una de las partes de su lastimoso cuerpo, el insultativo se rindió gritando como viejita: “¡quítenmelaaaa!, ¡quítenmelaaaaaaa!”y neta que si no se la quitan, ¡sí lo mata!/ Colaboración de “El Checo” Ramos, para “Tiempo de Michoacán” (otra forma de hacer historia).
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