Por Macario Ramos Chávez
El turismo europeo, evita venir a Michoacán, como efecto de la imagen violenta, que se ha proyectado por los frecuentes enfrentamientos entre fuerzas policíacas e integrantes de la delincuencia organizada.
Los que sí vienen, con guerra o sin guerra, son nuestros paisanos migrantes, que no son bien recibidos por la falta de una acertada política pública en materia turística.
Ellos, los más de cuatro millones de turistas potenciales, gastan en dólares, reactivan la economía de las comunidades de origen y fortalecen la incipiente industria sin chimeneas, tan sólo en tres años, vía remesas, enviaron 160 mi millones.
De tal suerte, que las autoridades estatales, pueden volver a gastar otros cuatro millones, en un logotipo muy semejante a tienda departamental, durar tres años en su elaboración, con la asesoría de extranjeros y la presencia turística migrante seguirá, ya que aquí se trata de nuestra identidad, que nadie podrá quitarla.
Y así las cosas.
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