CDMX.- Así se toca un «cover». Cuando grupos nuevos dicen que tocan rock, esto es lo que asumo que hacen. Cuando dicen que tocan «fusiles» (covers), también es lo que me imagino. Los tiempos han cambiado y está bien, hablando de música no podemos quedarnos escuchando siempre las mismas canciones, es muy reconfortante descubrir nuevas propuestas y degustarlas adecuadamente, saborearlas, disfrutarlas. El asunto es que la mayor parte de la oferta nueva que escucho, sin ser mala, no me suena realmente a rock. Y se supone que debería serlo, al menos esa etiqueta le ponen en los medios. Incluso llegan a gustarme algunas cosas pero me encantaría ser sorprendido por alguien que me haga sentir lo que siento al escuchar a leyendas como Grand Funk, Black Sabbath, Creedence o los mismos Who. Y no estoy diciendo que toquen igual o que suenen similares (Greta Van Fleet), sino que busquen la fórmula para conectar con la gente como lo hicieron los grandes en el pasado. Eso hablando a nivel general, a nivel local, o sea, en México y muy concretamente en la CDMX, como que también ya le perdieron la hebra al asunto y se han ido por otro lado, hay mucha oferta condescendiente, buenos músicos, buenas fusiones y saltimbanquis de regalo, pero lo que es rock como tal, casi no lo encuentro. En la provincia existen mejores propuestas y músicos, sobre todo en Monterrey y Guadalajara, así que propongo que todo aquel que de verdad se interese en hacer rock retome las premisas de origen, sin importar si es joven o veterano y volvamos a interesarnos en la auténtica esencia del rock que va mucho más alla´de baticumbias, trenzas de abuelas, teatro guiñol y espejismos oportunistas. Más blues y menos moderatos./ Víctor Moreno, músico.
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