CDMX.- Nunca fui seguidor de la obra de Luis Eduardo Aute, no por otra razón más que mi total devoción al rock. Conforme he ido envejeciendo y como parte de mi formación como músico he aprendido a buscar en otros horizontes y gracias a ello ahora disfruto de propuestas que no atendí en su momento.
La canción “Rosas en el Mar”, me remite inevitablemente a lo que me tocó vivir en mi querida Ciudad de México en 1968 cuando me involucré en el movimiento estudiantil siendo un puberto de 14 años.
En su momento, la letra aunque concebida en otro país y otra realidad se ajustó al sentimiento mezcla de indignación y esperanza que experimentamos muchos jóvenes entonces y la hicimos nuestra sin conocer (al menos yo) quién era su autor, solamente sabíamos que la grabó una chica de nombre Massiel.
Esa grabación sonó muy fuerte entonces en la radio mexicana. Al paso de los años me encontré en varias ocasiones con otras composiciones del maestro, pero jamás adquirí sus grabaciones.
No hizo falta para entender su estatura y filiación poética, amén de que aquí me encontré con sus equivalentes como Páxaro Alberto, Armando Rosas, Jaime López, Carlos Arellano, Roberto González y Rafael Catana por mencionar algunos que me enseñaron cómo se pueden escribir grandes letras no solo en el canto nuevo, lo rupestre o el rock.
Desde aquí mi homenaje a Luis Eduardo Aute ahora que ha trascendido y como alguien ya lo expresó, muy seguramente allá donde va encontrará rosas en el mar.
Víctor Moreno, músico mexicano.
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