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Protagonismo, indiferencia, culpabilidad y revanchismo, afectan la emergencia sanitaria

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CDMX.- La reunión celebrada este fin de semana por parte de los gobernadores de Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila, Durango, Jalisco, Colima y Michoacán; representa un síntoma de la diferencia administrativa y hasta institucional que hay en cuanto a la vinculación entre los gobiernos de tales estados de la República con el ejecutivo federal, Andrés Manuel López Obrador,  hecho que al final de cuentas perjudica a las poblaciones de estas entidades en cuanto al proceso positivo que se pudiera definir en la presente contingencia sanitaria; por lo tanto, será muy valioso que el gobierno federal establezca un diálogo sano con estas entidades que ya se han expresado de manera pública, dando el señalamiento de su postura e inconformidad como gobiernos que pertenecen a una nación y que desafortunadamente no coinciden y no están en una abierta comunicación con López obrador, precisamente en estos tiempos tan delicados ante la pandemia que se vive en todo el mundo.

En la reunión celebrada en Palacio de gobierno, ante medios de comunicación, los ejecutivos estatales de los siete estados prevén un brote de contagios de coronavirus con la reactivación económica que iniciará de manera gradual la próxima semana, medida tomada y avalada por la federación. 

Advirtieron un riesgo real de saturación hospitalaria con el aumento de casos, y alertaron que no disponen de recursos para atender esta nueva etapa de la pandemia, situaciones que podrían en desventaja a estas geografías de la nación, y en sí de todo México. Además, los gobernadores reclamaron nuevamente la falta de respaldo de la Federación, y anunciaron que la próxima semana presentarán un reclamo formal a la Secretaría de Hacienda para que les reintegre los gastos extraordinarios por la atención a la emergencia sanitaria, ya que “la Federación no respalda”, dijo en su momento el gobernador de Nuevo León, Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón, quien sentenció a los periodistas que “estamos actuando ante un centralismo aberrante”.

Así, los gobernadores Silvano Aureoles, de Michoacán; Jaime Rodríguez Calderón, Nuevo León; Miguel Ángel Riquelme Solís, Coahuila; José Rosas Aispuro, Durango; Francisco Javier García Cabeza de Vaca, de Tamaulipas; José Ignacio Peralta, de Colima, así como Enrique Ibarra, secretario de gobierno de Jalisco (en representación del mandatario estatal Enrique Alfaro), acordaron de manera unánime trabajar sobre una agenda de salud, reactivación económica y atención a la pobreza, a partir de esta reunión interestatal.

Los gobernantes, que por cierto pertenecen a la Comisión Nacional de Gobernadores (CONAGO) asumen una nueva responsabilidad bajo otros lineamientos y una visión sanitaria apegada a la realidad que viven en sus estados; en otras palabras, tratan de buscar las medidas pertinentes que favorezcan un decrecimiento en cuanto al número de contagios que se pudieran registrar en cada entidad, recordando que en su momento el Subsecretario de Salud, Hugo López Gattel había declarado a un medio televisivo “que cada gobierno tenía su facultad e independencia para desarrollar su propio método de trabajo en materia sanitaria”, un hecho que se manifestó a priori como una declaración que refleja de manera clara la poca vinculación y diálogo que hay entre la Federación y los estados, y que pone en tela de juicio la institucionalidad que debe de haber entre los gobiernos, justamente ahora donde se ven las grandes diferencias políticas que han atentado al derecho a la salud y las garantías individuales de los ciudadanos  de toda la nación, donde las ambiciones políticas rebasan las necesidades del ser humano y que en este sentido ambas partes tienen una responsabilidad legal y “moral” que deben abanderar, si desean que esta pandemia tenga una conclusión lo menos perjudicial para el pueblo de México, en salud y economía, y hasta política. Dicen que “divídelos y vencerás”, es el lema que separa a los mexicanos y hoy no podemos darnos el privilegio de que los gobernantes de todos los niveles se den hasta con en sartén, déjense de egoísmos./ Juan Barrientos Figueroa.

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