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La identidad tal y como la estamos conformando en esta nueva era de cambio se basará más y más en tu única verdad. El reconocimiento de tu capacidad dentro del entramado social está cayendo para que vayas hacia dentro y escuches y hables, desde tu más produndo sentimiento, lo que de verdad te está sosteniendo, lo que te está recorriendo y para eso debes dejar de mirar atrás, de mirar lo que se está cayendo o te devorará la emoción del sufrimiento, la indignación… los cimientos de vuestra sociedad se están hundiendo, y el único socorrimiento es vivir y actuar desde la máxima expresión de tu libertad. Esa es la puerta que se os está abriendo, el viejo concepto de identidad ya no os está sirviendo, la verdad os está hirviendo, no os estáis cayendo, id hacia dentro, hacia vuestro más puro elemento, la verdad es aceptar también el oscurecimiento, decir lo siento, no pude más. Tantos os habéis traumatizado, os habeis sobrepasado, os habeis, de hecho, traicionado y así perdístes el mando, la autoridad, la responsabilidad, o sea, vuestra capacidad de ir respondiendo con total libertad, la que se permite errar sin culpabilizar, la que se permite experimentar, la que se quiere dar porque mola volar. Basta ya de sometimiento a una identidad que los demás se disponen a utilizar mediante el vicio de encasillar, de enmascarar su propia verdad.
Hay una enorme dificultad en aceptar que cada cual asiste a su propia verdad y eso os pone en igualdad, os abre las alas de la libertad, la levedad no es sobrevolar lo que estais destruyendo, sino que es saber sobrellevar la libertad condicionada de la naturaleza humana a la par que se os está asistiendo. La unidad no es vegana, la unidad no es la medicina alopática, o la naturopatía, la unidad no es la democracia pretendida… la unidad es tan vasta como el sinnúmero de almas que han venido a cuestionarla, disponeros a disfrutarla, aceptad el riesgo de cantarla, de expresarla sin negar la variedad de elecciones sanas, pensad que las creencias son como los créditos y, sí o sí, habrá que pagarlas, derrumbadlas! sed como las ranas, cantad con vuestras ganas, abrazad a los ancianos y ancianas que se van o su pesadumbre os engullirá y la enfermedad aumentará aún más.
Eulalia Valldosera, española. Estudió en Audiovisuales, Gerrit Rietveld Akademie.
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