Censurada por más de veinte años. Satanizada por la iglesia y por las autoridades sexenales comandadas por José López Portillo. ¿Por qué? Muy simple. La película desmitifica el mito guadalupano. Señala nuestra frágil condición religiosa e ideológica.
Nos muestra la desgracia ignorante y fanatizada de nuestro pasado y el cómo es fácil engañar y manipular a un pueblo así; se le puede conquistar, dominar. Condición privante hasta nuestros días. El mexicano, en un gran porcentaje, es regido por su madre rectora educativa, el televisor. Su consuelo: la Virgen de Guadalupe.
Una película excelente de Gabriel Retes. Del pasado se pone el espejo hacia nuestro presente de acontecer mexicano. 1976 su año de filmación. Un guion agudo y profundo de Pedro Miret. Fotografía excelente de Daniel López (coahuilense, por cierto). Con Aarón Hernán protagonizando la película.
Logrando una interpretación honda, llena de matices para el difícil personaje de inquisidor que le toca personificar. Aarón interpreta a un español. Muy bien caracterizado. Sin caer al cliche de éste. Lo vive. Estudió a fondo la conducta y axiología del mismo. Mencionar aparte, a un actor magnífico de nuestro cine, ya fallecido, Juan Ángel Martínez, y la presentación estelar, siendo jovencísima, de Elpidia Carrillo.
Una magnífica síntesis cinematográfica de nuestra conformación de raza. Veremos el porqué de nuestros miedos, sumisión, nuestro ser corrupto de pueblo, la vejación de sentir una vulnerabilidad y saberse inferior. El entregarse al blanco-europeo por considerarlo superior. El callar la verdad asesinando. Después de ver la película se entenderán muchas cosas.
Sobre todo, el por qué decidió esconderse bajo la oscuridad de la censura. Como si la noche eterna pudiera ocultar la presencia del sol. Hoy ante la despedida terrenal de Gabriel Retes, podemos tenerlo con nosotros y obtener la gran verdad que nos heredó con ésta profunda película.
Elpidia Carrillo, actriz internacional mexicana, recordó su participación en ésta película y dijo al respecto: «Fue verdaderamente, ‘El Nuevo Mundo’, de Elpidia Carrillo. Increíble presentación de esta película por mi compadre, el maestro Raúl Adalid. Por medio de ésta cinta, yo descubrí mis costumbres indígenas, las cuales mi abuela paterna rechazaba y nunca se nos permitió vestirnos con trajes Purépechas. Cuando me llamaron para hacer ésta película recuerdo que lo que más me atrajo fue que vestiría estos hermosos trajes. Yo no sabía que la película estaba prohibida, y mucho menos por tanto tiempo. Y además fue filmada en Michoacán!! Viví en Pátzcuaro por casi un año filmando, en Tzinzuntzan, Quiroga».
Gracias Elpidia por tus palabras y a lo que a mí concierne. Es un placer honrar la memoria creativa de ustedes que nos han dejado éste estupendo legado cinematográfico.
La película se puede ver por Youtube.
Raúl Adalid Sainz, en algún lugar de México Tenochtitlan
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