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La música nos reúne. Fomenta el encuentro a través de su lenguaje y la expresión de sus sonidos. Buscamos la belleza o el diálogo a través de la conexión musical. Es un instante creado y compartido. Escuchamos y emitimos…vibrando juntos al fin. Parece un juego, pero sabemos que es mucho más…
Neta Elkayam se presenta a sí misma como “Ana bint dal el-Yahud el-Maghreb” (Yo soy hija de judíos marroquíes).
Es otra cantante judía israelí que logra articular, en su experiencia exiliante, su punto de origen a través de la música.
Oriunda de Tinghir, la cantante se ha mantenido fiel a su patrimonio y vela por presentar canciones inspiradas de marruecos en “dariya” (árabe dialectal marroquí).
En una entrevista en “Yabiladi” la cantante israelí afirma que “mis ascendientes vienen de la región de Tinghir para mi padre y de Casablanca para mi madre. Para esta es oriunda de la región de Lligh (sur-este de Tinghir) en el sur marroquí. Marruecos representa para nosotros (judíos marroquíes en Israel) y especialmente para mí, una manifestación de todas las imágenes que representan mis abuelos y que son un vínculo entre yo y mi pertenencia a la identidad y la historia judías y marroquíes. Marruecos es asimismo una de las más altas manifestaciones de la coexistencia entre las religiones y el pluralismo cultural”.
“El hecho de pensar en Marruecos me inspira y me evoca todo tipo de artes antiguas, excepcionales y aun presentes hasta hoy en día en cada calle y callejuela. Este país me evoca también la música espiritual que modula los sentimientos de los marroquíes en los hogares, las mezquitas, los templos, las plazas populares y en las calles.
Creo también, siempre y para siempre en la magnífica naturaleza de Marruecos, una naturaleza diversificada que cambia con las estaciones, poniendo el acento en mi pasión por la belleza del desierto marroquí que enriquece mi diálogo espiritual con el resto de la historia de mis ancestros”.
Alejandro Aguerre, músico uruguayo.
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