Yo tenía un puñado de sueños musicalizados por él.
Tan grande él. Digamos que hasta las gracias le daba porque sabía que había musicalizado esa parte de mis sueños.
Era parte grandiosa del Soundtrack de mi vida. Aún lo es.
Lo malo es que Morricone era tan grande que él también corría el riesgo de componerle su propio Soundtrack a la muerte.
Y ocurrió. No sé si impresionantes hombres así terminen por irse, pero sé que sus notas, su pasión, su música, la forma que tuvo para interpretar al mundo no se irá. Porque eso es lo hizo: interpretar el mundo.
Gracias, Monsieur Ennio Morricone por tanto.
Por enseñarnos no a ver el cine sino a escucharlo. Por eso. Y disculpe si lo vuelvo a molestar cuando pida que suene Morricone en mi sepelio, así como dice aquel verso de los Chicos del Maíz.
Le toca ahora irse con la música a otra parte.
A nosotros nos queda usted.
Buen viaje, Morricone, buen viaje. / Óscar Garduño.
N. de R: Morricone, firmó la banda sonora de más de 400 películas. La banda sonora compuesta que elaboró para la película «El bueno, el malo y el feo» es considerada una de las más influyentes de todos los tiempos. La lista de películas asociadas a su música es inmensa e incluye las magistrales bandas sonoras de «Cinema Paradiso», «La Misión» ( The Mission ) y «Los intocables» ( The Untouchables ) , consideradas verdaderas obras maestras.
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