CDMX.- Arte con temas indígenas para turistas –y arte de tema indígena para los indígenas- Un cuento editado por el CREFAL, de gran interés. Un nuevo y gran artista michoacano: Pérez Coronado.
Todos o casi todos saqueamos al indio. Unos le explotan su fuerza de trabajo; otros, lo despojan de sus tierras y muy pocos son los que sirven desinteresadamente.
Hasta los mismos artistas que cumplen una función social propositiva (y a veces generoso) se aprovechan del indio tomando su belleza, su indumentaria, sus materiales para cuadros, sus esculturas, sus películas, fotografías, libros, etc.
¿Quién de los artistas, escritores, fotógrafos, productores y reveladores de cine devuelven al indio lo que en forma directa o indirecta de él tomó?
Manuel Pérez Coronado, joven artista michoacano que se formó al lado de Alfredo Zalce y que ahora trabaja en el CREFAL de Pátzcuaro como pintor de grabado y artes plásticas, decidió corregir esa injusticia llevando al indígena a una parte de lo que aprendió a su lado.
Después de un año, o más de contacto directo con los indígenas de la región de Pátzcuaro en las actividades específicas del CREFAL, Manuel Pérez Coronado escribió un libro que él mismo ilustró, destinado precisamente a ser distribuido entre las gentes que lo inspiraron.
El libro titulado “Huachitos y los Viejitos” es un breve y hermoso cuento para niños (y un poco también para grandes) por medio del cual se llevó un sencillo pero cálido homenaje de belleza y fraternidad a los lectores. Este mensaje se advierte claramente desde la dedicatoria que dice lo siguiente: “A todos los niños indígenas de América Latina y en especial a los de la región del lago de Pátzcuaro en México, cuya vida y tradición sirvieron de inspiración para escribir este cuento”.
Obra de un pintor y grabador que sólo por necesidad de expresarme con más amplitud se inicia en el dominio de las letras, este libro ofrece particular interés por los grabados que lo ilustran.
En cuarenta y cuatro grabados en linóleo, otros en forma de viñeta, desarrolla Manuel Pérez Coronado el sencillo pero conmovedor cuento del niño que in día descubre su inspiración.
Claro está que es la niño indígena, sino a nosotros mismos que el joven grabador descubre el mundo pletórico de hermosas leyendas en que vive el indio de México.
Y esto lo hace Pérez Coronado en un dibujo magnífico y una técnica de grabado que lo sitúa definitivamente como uno de los mejores dibujantes y grabadores de México.
Metido a dura prueba el artista dibuja al mismo niño a lo largo del libro de expresiones diferentes sin alterar en nada sus rasgos fisionómicos permanece aquí alegre, triste, en otros pasajes del libro, más adelante azorado, pensante después.
Conocedor profundo de indígena, pues el año que ha pasado en los poblados ribereños lo ha aprovechado bien, observando que fundamentalmente la vida, fauna, y flora, las traiciones y las costumbres, Pérez Coronado ofrece verdaderamente un retrato sintético y verídico de ese mundo indígena que nos parece distante.
Ojalá y este ejemplo de un artista que devuelve al indio en forma de arte destinado a él, todo lo que observó de su vida y sus costumbres de su ser y de sus problemas seguido por aquellos que usando al indio como modelo de los cuadros que venden a los turistas se olvidan de su historia. / Antonio Rodríguez, periodista.
Fuente: “El Nacional”, ciudad de México, 15 de diciembre de 1954.
Selección de texto, Sergio Ramos Chávez, Cronista de la Ciudad de Uruapan.
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