Hasta principios de 1951 Uruapan contaba con dos parianes que dividían, 1) las plazas Mártires de Uruapan y Juárez; y 2) la Juárez con la Fray Juan de San Miguel. Uno de ellos se conocía con el nombre de El Pariancito o Parián Viejo y el otro El Parián Nuevo.
Si se analiza a detalle, fue a consecuencia del incendio ocurrido en la finca del Parián Nuevo, el imborrable 31 de marzo de 1951, el motivo por el cual se consideró el cambio y las mejoras que habría de tener el centro de la ciudad, por medio de las modificaciones que dieron paso al Uruapan moderno, quedando tan sólo en la memoria el Uruapan del ayer los parianes y sus portales, a los que nos referiremos.
Ciertamente, a raíz de la quemazón del parián, el órgano rector de obras federales, es decir, la Comisión del Tepalcatepec en conjunto con el gobierno local acordaron la inhabilitación de los dos parianes, el llamado Pariancito o Parián Viejo, situado exactamente donde hoy se localiza la pérgola municipal; y el Parián Nuevo, que se haya en donde luce el monumento a Morelos.
EL PARIANCITO.- Era una finca con sólo un portal, el Ignacio Allende, que daba hacia el Oriente de su ubicación, es decir hermoseaba con la Plaza Juárez, donde estaba el kiosco.
Como se ha expresado en múltiples ocasiones, detrás de ahí fue donde aquél 21 de octubre de 1865 serían sacrificados los cinco republicanos, a los que años más tarde les llamarían los «Mártires de Uruapan».
Allá a principios del siglo XX, muchos vecinos del pueblo al portal le decían “El Portal de la Atrevida”, por ubicarse en la finca una negociación con ese nombre, y años antes también era conocido como «Portal Salazar», en referencia a Carlos Salazar, uno de los Mártires de Uruapan.
El portal Allende, al igual que los portales de alrededor, contaba con diversos locales comerciales, de este modo, una de las primeras negociaciones ahí establecidas que se tiene referencia es “El Palacio de Hierro”, el cual abrió sus puertas en primero de junio de 1894, propiedad de don Ramón García Abarca Señor director de un semanario local, comercio situado en su esquina Norte.
A propósito, el hermano de Ramón, don Paulo G. Abarca, nació en Guadalajara en el año de 1820, estudió en la Escuela de Medicina en la ciudad de Morelia. Ejerció su carrera en la ciudad de Uruapan, fue quien donó el Lienzo de Jucutacato a la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística. Escribió destacados artículos sobre las plantas medicinales de la región. Fue fundador del periódico El Mendigo, de la ciudad de Uruapan, en 1892. Murió en Uruapan a fines del siglo XIX.
Por los años 30´s del siglo pasado, entre los negocios situados en el Portal Allende se recuerda la tienda La Atrevida, de don Aureliano Pérez; la Farmacia Colón, Peluquería El Centenario, que atendía el señor Iraide Estrada; Tienda La Primavera, de los señores Rodríguez; El Palacio de Hierro, de don Roberto Cerda; el consultorio del Dr. Eliezer Navarro; mercería La Corona, de Alfredo Suárez Vargas; Tienda de Ropa de los señores Borja, entre otros más.
Joel Báez, vecino de Uruapan, recuerda interesantes datos sobre la Farmacia Colón, la cual fue muy popular durante los años 40´s y principios del 50: «en el centro de Uruapan de esos tiempos, recordamos farmacias establecidas en sus portales, como la Farmacia Colón ubicada en el Portal Allende, misma que se encontraba en donde hoy se ubica la Pérgola Municipal y de la cual era propietario Eduardo Martínez López, fue atendida por varios empleados, como fueron: la Srita. María Guadalupe Martínez Cendejas, hija del reconocido Maestro Carpintero don Juan Martínez, y que tenía su taller en la tercera calle de Obregón, precisamente, frente a donde se encontraba la Agencia Dodge, propiedad del señor don Luis Moreno Álvarez; la Srita, Bertha Ruiz López, sobrina del propietario; la señorita Carmelita Barreto y el joven Carlos Cuadra Medel, mismos que eran los encargados de preparar las formulas oficiales, ya que éstas eran de gran demanda y que así lo requerían los médicos, ya fueran cucharadas, polvos, tinturas, gotas, ungüentos, linimentos, cápsulas, obleas, pomadas, edemas, etc., pues por esas fechas las medicinas de patente no estaban aún muy desarrolladas».
«En torno a la zapatería -dice- estaban establecidos comercios de otro ramo, como la zapatería de la familia Calderón llamada El Palacio de Hierro, atendida por ellos mismos, especialmente por su hija Lilia Calderón, quien años después se casaría con José Olivares, quien había arribado a Uruapan como jefe de la Oficina de Telégrafos. También se encontraba la Ferretería Valencia, propiedad de don Ignacio, negocio de gran prestigio pues ahí prácticamente se encontraba todo lo relacionado con el ramo ferretero y misceláneo».
En sus recuerdos, Báez explicaba que «por la tarde y noche en este portal se instalaban puestos en donde se vendía cena, especialmente tamales de harina (a los que también se les nombrara de hule) con atole negro que muchos lo conocían como «atole de chaqueta» y que se elaboraba con cáscara de cacao quemado, y otros muchos antojitos como pozole, enchiladas con pollo, tostadas, gorditas, etc.»
«Así mismo y por el lado que da frente al Portal Mercado (Portal Alto), estaba ubicado en la esquina del portal y en forma permanente, un puesto de tacos dorados (flautas) que hacían la delicia de los consumidores, ya que se preparaban con sumo cuidado e higiene, y su relleno era de sabrosos guisos y condimentos, los cuales siempre se acompañaban con ricas salsas picantes y refrescantes aguas frescas tradicionales».
Fue a finales de 1952 cuando se mandó tumbar este portal el cual habría de dar cabida a la edificación de la pérgola municipal la cual sería obra del arquitecto Enrique Marín.
EL PARIAN NUEVO.- Estuvo exactamente donde se ubica el Monumento a Morelos, el cual lógicamente pertenece a la plaza del mismo nombre. Fue donde ocurrió el famoso incendio del 51, contaba con dos portales: el Ignacio Zaragoza y el Portal Miguel Hidalgo, el primero localizado hacia la Plaza Juárez y el segundo con vista hacia la Plaza Fray Juan de San Miguel.
Al frente del portal Zaragoza se encontraba el hermoso jardín y el kiosco de la Plaza Juárez o Miguel Rincón, quitados cuando se mandó construir la Plaza Morelos.
Hacia el lado Norte de dicho portal, estaba -aún está- el Portal Alto, y rumbo al sur se divisaba la calle Cupatitzio. Mientras que para el lado poniente, colindaba con el kiosco y más allá con el Portal Allende.
Tanto el Portal Zaragoza como el Hidalgo, eran los que dividían a las plazas Benito Juárez y Fray Juan de San Miguel, convertidas hoy en una sola, la popular Plaza Monumental Morelos.
De los primeros comercios que se establecieron en Uruapan, en el Portal Zaragoza, a fines del siglo XIX, se encontraban: El Importador, El Puerto de Veracruz, La Isla de Cuba y Los Dos Mundos, de los cuales eran propietarios varias familias conocidas del pueblo, entre ellas, la de don Francisco Farías, Hipólito Rodríguez, José Izazaga y Emigdio Santacruz.
Desde 1898 la tienda de La Isla de Cuba, estaba ubicada en ese portal, la tenía a su cargo el comerciante Carlos Melgoza.
Respecto a la tienda Los Dos Mundos, esta negociación fue establecida en el portal a que nos referimos a partir de los años 80`s del siglo XIX y la que el año de 1915 ya era regenteada por Juan Álvarez C. Dicho almacén de ropa en general, considerado de grandes capitales, se localizaba en la esquina sur del Portal Zaragoza.
Sobre la edificación del Parián Nuevo, éste era una construcción de adobe, con ocho ventanales en el segundo piso; de diez arcos de cantera; un corredor de tres a cuatro metros de ancho; afuera del portal vendían rebozos y enfrente del mismo estaba una callecita libre para la entrada o salida del mercado de la «Plaza Fray Juan de San Miguel».
En cuanto a la tienda del portal Zaragoza, fue catalogada de las más completas del pueblo de Uruapan. Tenía un extenso surtido en mercancía de artículos de ropa, lencería, y bonetería. También se vendía calzado, loza y cristalería. Por eso fue considerada una de las casas más respetables de Uruapan, al menos durante cinco décadas. Por cierto que contaba con dos sucursales, la Nueva España y la Ciudad de París; tenía gran prestigio entre las gentes del paraíso michoacano y lugares circunvecinos y las ventas eran al mayoreo y menudeo.
Por los años 30’s su propietario el señor Álvarez tenía también en esta ciudad una fábrica de colchones.
Posteriormente, la tienda citada fue propiedad de don Eduardo de la Concha, aquél español originario de Villavicencio, Santander, España. Quien se había casado con María López Treviño, el que enviudó y se casó con Luz María de la Concha Hurtado, hermana de la China, Mariano y Silviano Hurtado, vecinos pudientes de Uruapan.
Al final el comercio establecido persistiría casi tres décadas más en servicio, aunque con el nombre de «El Fuerte del Palmar», teniendo como propietario a don José Hernández.
Olvidaba decir que a raíz del incendio que afectó a todo el parían, se tumbó el gran edificio y a sus dos portales (Zaragoza e Hidalgo); ubicando en su lugar al Monumento a Morelos, escultura que aún persiste en el corazón del viejo pueblo del río Cupatitzio.
Entre los negocios que estuvieron en el Portal Zaragoza, allá por los años 20´s del siglo XX, sobresalían: el multicitado almacén de ropa, lencería, calzado, cristalería y bonetería Los Dos Mundos, El Fuerte del Palmar, de José Hernández. También, aún estaba la tienda La Isla de Cuba. Y agregando a esta lista están: la tienda de ropa La Galatea, Peletería y la Zapatería El Borrego de Oro, entre otros.
Por cierto, en la planta alta del parián, vivió por muchos años la familia de don Leopoldo Hurtado, dueño mayoritario de la Fábrica de San Pedro, aún a principios del siglo XX, padre de Emma, la última esposa del pintor Diego Rivera; también, ahí habitó la señora Justina Huerta, hija del famoso doctor Huerta Cañedo; igual don J. Jesús Fernández, dueño del nostálgico «Cine Odeón», padre del estimable locutor Alejandro Fernández.
En relación al Portal Hidalgo, hacia el lado sur del mismo se encontraba en la esquina Oriente del Portal Alto y del lado norte, el Portal Matamoros.
El Hidalgo daba vista hacía la Plaza Fray Juan de San Miguel, donde se ponía el famoso mercado del mismo nombre.
En este portal se ubicaron algunas negociaciones de antaño que por muchos años estuvieron ofreciendo sus productos a consumidores incluso de la región, por ejemplo, se puede citar a la tienda de Abarrotes de don Emilio Pérez, fundada en 1905, llamada Puerto México; la tienda de Licores de don Cleofás Murguía, uno de los pioneros del aguardiente de caña allá, que operara ya en 1915; entre otros.
Por último, cabe recordar que este inmueble –el parián y sus dos portales- y lo que cambió por completo el rumbo de las mejoras urbanas del centro de Uruapan, es el hecho ocurrido el 31 de marzo de 1951, relativo al siniestro de enormes proporciones que fuera el incendio de dicha propiedad, considerado el más catastrófico en la historia de Uruapan, más que los incendios que tuviera la Casa Cural, hoy Casa de la Cultura, durante la época de la Independencia o durante la Revolución Mexicana.
Sergio Ramos Chávez, Cronista de la Ciudad de Uruapan.
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