CDMX.- El ultimo gran tlamatini (hombre sabio, en náhuatl), como algunos acostumbraban a denominarlo en señal de respeto a su erudición y su caballerosidad, se fue en paz, después de una existencia prolongada y prolija, tanto en lo personal como en lo profesional, “una vida feliz y completa, con exceso de juventud a cuestas”, según decía de forma reiterada en los últimos tiempos.
El de la muerte, de hecho, era un tema que nada le preocupaba en los momentos finales de su existencia, como lo recalcó durante el homenaje que la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), su alma mater, le rindió en febrero de 2016, con motivo de su 90 cumpleaños.
“Hace años sí sentía temor por ello, pero hoy día no tengo ninguno. A lo mejor vivo 92, a lo mejor 100 años. El cómo y cuándo moriré no lo sabemos. He trabajado y he ayudado; creo que no he sido muy cabrón. Mi destino, si hay un Dios, no será malo”, afirmó en aquella ocasión./ Juanjo Rodríguez, músico.
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