El otro día me dijo mi compadre Manuel Madrigal que sí ya no estaba escribiendo para el “Tiempo de Michoacán” y le dije que me tomé un descancito, pues ya andaba poniéndome nervioso de tanto pensar y pensar en cosas del ayer, pero aquí me tienen de nuevo para el gusto de mis pocos lectores que leen con placer y detenimiento mi apartado.
Bueno, bueno. Ahora que miré a mi amigo Casimiro Agraciado de la Morena, me quiso poner en aprietos cuando me cuestionó sobre el lugar donde estaba la mentada Barranca de los Fresnos, pero yo que soy reteaguzado le contesté que estaba en la calle Aquiles Serdán. Media cuadra antes de llegar a la Panadería de los Gómez. A esa parte muchos también le decían La Barranca del Caballo y en los 40´s curtían mucho cuero por ahí.
Hace unos añejos mi sobrina política Norma Aguayo inscribió a su hijo en el jardín de niños El Espiral, que estaba por la calle Aquiles Serdán, antes de llegar a la esquina de Isaac Arriaga. Y eso trajo a mi memoria recordar el antiguo mesón que estaba frente al dicho jardín de niños. Ese mesón dista más de noventa años de que fue una hermosísima huerta a la que le decían La Huerta Del Boliche, dicen que el tiempo que fue mesón llegaba ganado para después llevarlo al rastro.
Pues bien, ahora les hablaré de las vecindades que hicieron época en Uruapan, cuando fue “el quinto patio del paraíso michoacano”.
Las había de dos, tres, cuatro y una que otra de cinco patios.
Pues bien mis queridos lectores, quiero que sepan que fue muy famosa la Vecindad de los Once Cuartos, que estaba por la calle de Obregón. ¡Quién canijos no la recuerda! No se diga las Hermanas Padilla (Margarita y María), quienes eran pobres y se fueron a pobrar suerte a Estados Unidos, llegando a ser grandes cantantes. A acá entre nos, ellas rentaron unos cuartitos ahí.
Esa vecindad, antes de que se construyera, allá por 1923, estaba en venta (en 25 mil pesares) era un terreno tipo huerta, habían cafetos y estaba colmado de muchísimos vástagos, no había cuartos, luego la construyó su dueño, el valiente y apuesto de don Salvador Huerta Ochoa.
En esa misma calle, pero en la primera cuadra existió otra vecindad, es donde hoy día se encuentra una mueblería. Estaba en apogeo por 1930, olía a todo y los cuartuchos parecían una ofensa para los renteros.
Otra vecindad que fue reteconocida por los pobres, fue la Vecindad de las Pulgas, donde vivió un tiempecito nuestro amigo José “El Chispa” Pulido, q. e. p. d.
Y una que casi nadie recuerda, junto a la casa que fue de don José Izazaga (donde ahora residen a sus anchas los dulces y encantadores estudiantes que hacen protestas, marchas, pintan paredes, apoya al Peje y comen bien); fue la vieja Vecindad de los Guido, la extensión de ese sitio, situado al empezar Corregidora, abarcaba lo que después fue el Cine Odeón; en la propiedad de los Guido nació mi amigo José “El Pollo” Venegas, quien de oficio es pintor de brocha grande y ya va pa´ los ochenta y tantos añejos, vive frente a la Camorlinga. Sus hijos también son pintores.
Por Cupatitzio, creo que enfrente de donde habitaron los Hernández Garibay y que un tiempo fue la empresa cultural privada Centro Cultural Uruapan, hubo una vecindad; pero donde sí llegó a estar otra fue frente a la entrada de la fábrica de la Providencia, era una casota de altos.
Más recientemente, al lado de donde vivieron Las Chepitas (tenían su casa contra esquina del Hotel Mi Solar), estuvo la Vecindad de los Guachos, en donde rentaba casi pura gente de la Meseta Tarasca, de ahí el nombre con el que se le conocía. Se sabe que en esa vecindad, rentó el músico que tenía un nombre medio pipirisnais, se llamaba Espédito.
También donde está ahora una dependencia de Telmex, en Morelos y Aldama estuvo La Vecindad Hedionda, donde apestaba muy, muy pero muy culeis. Qué festival de aromas de las fábricas de Francia ni que nada, muchos mejor le sacábamos a pasar por la Hedionda”.
Por cierto, de 1918 a 1924 aproximadamente, el edificio que albergara a las oficinas de la presidencia municipal a mediados del siglo pasado, fue algo así como una vecindad, aunque nadie pagaba nada, era como un asilo para gente pobre, principalmente los que llegaban sin nada a Uruapan. Muchos vecinos del Antiguo Edificio de los Maristas, se quejaban de lo sucio que era el lugar, lleno de ratas, pulgas, chinches, y gente insalubre. Hoy como sabemos aquél lugar se transformó en la Escuela Primaria “Nacho” Manuel Altamirano.
Además, ya nos hemos referido a la Vecindad de Santiago, que se ubicó frente a la tienda de los Calvillo, La Luna, famosa entre la chiquillada por sus changungas pedorras. Para ser exactos la vecindad fue donde actualmente se ve reluciente de limpia la Papelería López.
La de Santiago era un caserón muy horrendo según me contara mi cuate Wiily Calvillo (+). Dicho en otras palabras era una vecindad de quinta.
La Vecindad del Mezquite, estuvo entre 1928 y 1930 en la primera cuadra de la calle Reforma, tenía salida por Cupatitzio, a media cuadra del mesón de la Libertad, era su dueño, don Mauro González.
Una más, en la calle de 5 de Febrero, antes de llegar a la Avenida Juárez, por cierto fue muy católica, je, je,.. pues se llamó La Vecindad de Guadalupe, hallase donde ahora funciona un estacionamiento. Vivían como 30 familias que multiplicado por cinco, dan 150 gentis.
Don Anacleto Navarrete tenía la suya allá por los 30´s en la calle de 16 de Septiembre, en donde luego se puso el efímero Cine Coloso. Ahí llegó de improviso un familiar de Bigote Hermoso, muy querido por su la tienda El Retoño, establecida en la esquina del Cine Coloso y la que se cambió por la misma calle hacia la Canoa Alta.
Y otra que estoy seguro que nadie me la va adivinar es la Vecindad de la Hortensia (en Yony Ayala), la cual ya en 1915 era todo un hotel de ½ estrella. En esa parte está ahora otro parking, es decir -´tuvo situada a unos pasos de donde hasta hace poco se encontraba la Zapatería La Imperial atendida por el amigo el llenito Beto Benítez, quien por los altos costos de la renta mejor abrió un localito en la planta baja de su casa, allá por la calle Aquiles Serdán, entre Lerdo de Tejada y Justo Sierra.
Ah, olvidaba decirles de la Vecindad de don Celerino Espinoza, en la antigua calle Del Espinazo hoy Nicolás Romero.
Pero, qué me dicen de la Casa de Asistencia Gallardo, la que por 1935 estaba en la planta alta de la Ferretería La Palma, en el Portal Matamoros.
Otras vecindades grandecitas estuvieron en la manzana del hoy Mercado de San Francisco, siendo el encargado de ellas el frutero don Jesús Ceja, no confundir con el estimable amigo Jesús Ceja Barajas.
Eran de muchos cuartos, tenían entradas por Alvaro Obregón, Pancho Villa, antes Circunvalación; calle Agustín Iturbide (personaje que les cae gordo a los liberales), hoy Bellas Uruapenses (¿?) y Lupe Victoria.
En el gobierno de don Charly Barragán, o uno de esos años, el ayuntamiento le compró a don Chuche Ceja para construir el mercado y pa´ hacer el trato le dejaron algunos locales con fin de que cobrara renta.
Uno pudiente de Uruapan, don Panchillo Barragán Vivas, era propietario de varias vecindades, pero no sé dónde se hallaban.
Dicen que en el Cerrito Niquelado, en Obregón (donde fue el Museo Fray Juan de San Miguel), donde mataron al General Irineo Rauda, fue vecindad, pero no me consta, aunque es probable que lo fuera después de los 30´s.
El antiguo Mesón de la Libertad, en la esquina de Cupatitzio y Abigail Patiño, desde años atrás y hasta hace poco, se utilizaba como vecindad.
Más recientemente había dos vecindades en la calle Juan Delgado, rumbo a la casa de los Duarte.
Una de ellas, junto a la Talabartería Orozco. La otra muchos se acuerdan de ella, pues a un costado de ahí estuvo el prestigiado peluquero llamado “Don Porfis”.
También, en la Privada de la Calle Juan Delgado, en pleno columpio de la Juan Ayala, existe hasta la fecha una de las pocas vecindades antiguas, le dicen La Vecindad de don Julián, en honor a su dueño, un señor de la época de la revolución, originario de Ziracuaretiro. Sí alguno de ustedes puede visitarla, ¿qué espera?, ahí descubrirá la forma en que viven todavía a cuatro cuadras del centro de Uruapan. Don Julián hace años que murió pero su hija Balvina sigue rentando, pues con eso se mantiene. La vecindad da al río.
En la cuadra del puente principal que nos lleva al barrio de San Pedro, rumbo a la capilla, había una vecindad, esto por los 70´s y 80´s, no sé si todavía esté funcionando.
Agregamos otra a la lista, La Vecindad de la Puerta Negra, donde ahora está la zapatería Uribe, por la calle Constitución, parte en la que dicen existe un túnel que quién sabe a qué parte dé. ¡Hasta murciélagos han encontrado!
En 16 de Septiembre, antes de llegar a la calle Pueblita, al otro lado de la mueblería de don Isaías Medina, casi frente a donde estuvo la cantina de Bigote Hermoso, hay otra que sí se parece a las de que prevalecen en Tepito. ¡Nomas vieran que shows puede uno ver en el día y en la noche!
Y antes de llegar a la cantina citada, se encontró La Vecindad de los Miones, lugar en donde se hospedaban muchas mujeres alegres que uno veía en la zona de tolerancia, o mejor dicho de intolerancia, porque cómo fregaban los gendarmes con uno, y no se diga los borrachos, pero por mujeres uno aguanta todo, hasta cazuelazos, sino me la creen pregúntenselo a José Durán Pietrasanta.
En esa calle, la 16 de Septiembre ha habido muchísimas vecindades. Por ejemplo, otra, donde está una casita de estudiantes, más adelante de Canoa Alta, rumbo al oriente.
No se diga en la Ramón Farías, donde sí pasan de unas de 40 vecindades. Otras muchas más en La Mora, El Colorín, La Popular, los barrios de Uruapan, etc. etc.
Y qué me pueden decir de los Departamentos del señor Caballero, que al parecer sigue rentando su esposa. Aunque esos cuartos ya dan más el gatazo.
Y la casa de huéspedes que tiene el señor Hurtado, a la vueltita del Portal Guzmán, donde rentan a personas solas, y sin chilpallantes.
En la calle Artículo 123, media cuadra antes de donde pusieron un tiempo la cárcel preventiva, mejor conocida como La Borracha, se encontraba y está todavía La Vecindad del Laberinto, donde han rentado un fregadal de gente. Creo que por esa calle vive el Lic. Juan Barrientos.
También en la privada de Pueblita hay varias vecindades. Otras en La Agua Blanca, pero los que quieran rentar, mejor busquen otros lugares, porque en esa parte, matan gratis y vive El Carrizo, que es uno de los más canijos del Municipio.
Antes de concluir mi participación, quiero recordar con lágrimas en mis ojos, una de las vecindades donde pasaron su infancia muchos de mis primos y que yo ya mayorcito jugaba con ellos, porque andaba tras una vecinita mayor que su servidor, gringuita llamada Lucy James, quien me hacía derramar sudor y jocoque al por mayor nomas con verla, lástima que nunca se me hizo (Ojalá que no lea estas líneas mi querida, estimada, apreciada y bien amada esposa).
A la vecindad le decían La Vecindad de Cevera, la cual encontrase en la calle de Ramón Ortiz, donde vivió El Tejón, trabajador del prestigiado mecánico Tata Mora y primo de Amparo y la dueña, de quienes no recuerdo su apellido.
Severa fue madre de una muchacha que se llamó (o se llama) Yolanda quien al parecer ser quedó con los dibujos que Diego Rivera hizo de algunas obras que plasmó aquí cuando vino con su esposa Emma Hurtado, pariente de los millonetas Hurtado del Portal Matamoros. Yolanda, creo que vendía artesanía en México y estuvo en contacto con el dicho Diego Rivera.
¡Sí ustedes hubieran conocido esa vecindad! En los 40´s estaba en vigor. Eran cuartos de madera y algunos de cartón, que se ponían de acuerdo a las necesidades. La pobreza en su máxima expresión. Estaba llena de caminitos y callecitas muy angostitas, pero simulaban callecitas. Había árboles y era una micro-ciudad, dentro de la ciudad.
También allí tenía dos cuartitos un personaje a quien le decían El Achate, que por mucho tiempo fue el huertero del Parque Nacional Barranca del Cupatitzio.
Ya para concluir mi testimonio, quiero cambiar un poco de tema para dejar descansar a las vecindades de mi pueblo.
Por ello, ahora les comparto una breve anécdota que me platicó el jerarca de los cábulas, Nicolás Oropeza y Escobar (+), para que se echen unas carcajadas antes de concluir… (fue una travesura del doctor Alvarado).
Resulta que cuando tenía 16 años acudió a que le hiciera la circuncisión el reconocido doctor Rafael Alvarado, y al siguiente día de la operación, Nico se encontró al doctor taretense y éste que le dice:
-¿Cómo sigues muchacho?, mira, ven que te voy a llevar aquí adelantito.
Nico, le contestó que estaba bien, y acompañó al doctor Alvarado.
Llegaron a un volantín que estaba cerca la plazuela Izazaga y el galeno que lo pone a que viera a las muchachitas que iban montadas en los caballitos, levantando sus faldas y enseñando sus bonitas piernas. Presto, Nico que se pone medio nervioso, tenso del cuerpo y alma, y que le dice con voz medio apagada:
-vámonos doctor, ¡¡¡no aguanto!!!, siento que me quedo engarrotado y lloroso….
Pobre Nico, saludos hasta donde te jayes…sabes que se te estima.
Por Catoncito “El Peladito” uruapense, para “Tiempo de Michoacán”.
Comments