CDMX.- Janis Joplin se convirtió en ícono del feminismo en una época completamente adversa para ello. Siendo de raza blanca y pudiendo haber seguido la senda segura del pop como Doris Day o Nancy Sinatra (a nadie le hubiera extrañado), contra todo pronóstico se impuso en su momento como la más poderosa exponente del blues, música propiedad de los esclavos afroamericanos y con ello eligió meterse entre las patas de los caballos y desarrollarse en un medio hostil que irónicamente fue donde recibió la oportunidad de expresar cantando toda su inconformidad como mujer en un medio ambiente misógino y como ser humano en un mundo apocalíptico promovido por los gobernantes de su país. Intencionalmente se convirtió en un personaje incómodo para quienes controlaban a la gente porque ella representaba todo lo que le tenían prohibido ser o hacer a las mujeres en su país y en muchas otras partes del mundo (de México ya ni les digo). Y los venció con sus propias armas, radio, televisión, prensa y medios de difusión. Sin embargo aun así, no estaba en guerra contra los hombres, al contrario, era capaz de amar a varios al mismo tiempo así como a algunas mujeres. ¿Eso la convertía en una depravada? ¿O en una enferma mental? No. Ella simplemente aprendió a manejar su libertad y eso es algo que a mucha gente le molesta, tanto hombres como mujeres que no toleran que exista gente así, libre, sin ataduras ni complejos. Indomables. Y en mi opinión, eso hace más por el feminismo que toda la parafernalia montada por los mismos que la aborrecían (tanto allá como acá), para validar un status comodino y convenenciero. Independientemente de los legítimos reclamos de aquellas que han sido vejadas de algún modo por el sistema patriarcal en todos los órdenes, considero que quienes realmente se interesen por convertirse en auténticas promotoras del feminismo lograrán mucho más al mediano y largo plazo si se cobijan en los movimientos culturales y sociales auténticos cultivando una postura congruente y comprometida que a la postre las postule como dignas representantes de un movimiento muy importante y valioso. Se predica con el ejemplo, como lo hizo ella.
Víctor Moreno, músico mexicano.
Comments