El drama, es la alegoría en la que una oposición de fuerzas paradójicas genera respecto de la disputa entre valores que en determinadas circunstancias no son concordantes. Así, mientras Creonte y Antígona disputan sobre el entierro de Polinices, están alegorizando la confrontación entre la legalidad y la justicia, valores que se pretenden unidos.
Si el género impuro elegido es la farsa, uno de los recursos más habituales de la dramaturgia es desproporcionar las circunstancias. Así, por ejemplo, si el mismo día, en que un sospechado de haber robado 80.000 dólares, otra pandilla a plena luz del día le echa el guante a 800 millones de dólares y los ciudadanos probos se escandalizan por la sospecha y rasgan por ellas sus vestiduras invocando las instituciones obviando el otro probado caso cuya cuantía es obscena, estaremos ante una farsa. Alejandro Robino, argentino.
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