Después de mucho frecuentar la escritura sobre la condición humana, más o menos se atisba una reflexión: la vida mística, monástica, el aislamiento son estilos de vidas limítrofe, para seres excepcionales, sabios o enfermos. Hegel y Marx son categóricos: somos un conjunto simbólico de relaciones sociales, cada uno de nosotros es una articulación, ensamblado-«inmixión» de sujetos, escribió Lacan.
En ese sentido, el coleccionista, es un indomeñable hedonista: vive en sociedad, cobijado; y a la vez está aislado en su ser, con su preciada colección de entes imprescindibles y que colman de sentido a su mundo. Blom en esta reflexión, acuña una observación, no por trivial, menos verdadera: los entes-las cosas, los objetos, digamos-, cuadros, libros, discos, nos llenan, nos completan. «Coleccionar es llenar el vacío» P. 307, y agrega: «frase demasiado exacta». Juan Heladio Ríos Ortega.
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