Imaginando el rodaje de Nazarín de Luis Buñuel: Fui con una amiga y mi compañera de vida al pueblo de un amigo (Amayuca, Morelos) a brindar ayuda a los damnificados por el temblor. Colindando al pueblo citado está Jonacatepec. «Ahí hay un museo donde están recuerdos de Buñuel de cuando filmó Nazarín». Así nos dijo mi amigo Alan, oriundo del pueblo dañado y estudiante de cine en la ciudad de México. No sabía en verdad la huella de locaciones dejada por el maestro Buñuel para la filmación de una de las películas que más me gustan en la historia de la cinematografía. Hicimos nuestro trabajo voluntario y ya por la tarde fuimos a Jonacatepec. La idea era ver el museo en recuerdo al paso en filmación de la célebre película del maestro de Calanda Aragón, Luis Buñuel. La emoción era tremenda por mi parte. Siempre he sentido un despertar fortísimo de la imaginación cuando conozco locaciones de cintas que me han arrobado.
Es un amanecer presente a las cenizas. Al recuerdo vivo de la película que da vueltas en mi propia manivela de proyección. Para mí los personajes, las situaciones, la historia misma siguen vivas. La tristeza fue ver a Jonacatepec en daño cruento por el temblor. El museo estaba cerrado. En daño severo. Quise por internet saber más de Jonacatepec en la vida de Buñuel y me encontré que existe un documental español llamado: «Tras Nazarín». El interés de un cineasta ibérico, Javier Espadas, por conocer los lugares de filmación de la querida cinta Nazarín. Su guía fueron fotografías que Buñuel dejó cuando hacía el cineasta la búsqueda (el llamado scouting) de sus viables locaciones para el rodaje. Fotos maravillosas, por cierto, que Buñuel tomó. Fueron una guía de secuencia para el fotógrafo de la cinta Gabriel Figueroa.
Al pasar las callecitas de Jonacatepec. Vi la presidencia, la iglesia, y una calle que Alan, nuestro amigo morelense, nos señaló como sitio de filmación de la película. De un golpe vinieron a mí las imágenes de Paco Rabal, de Marga López y de la rebelde Andara, encarnada magníficamente por Rita Macedo. Las imponentes montañas morelenses me hacían recordar la orografía captada por la película. Al regresar a la Ciudad de México. Veía el campo morelense. Ese verde de hierba y de palmeras, ese pasar esmeralda por Cuautla, Yecapixtla, Tepoztlán y Oaxtepec, lugares de locación que dieron vida a las huellas del «padre Nazario» y el «Nazarín» quijote de Luis Buñuel a la novela de Benito Pérez Galdós. Ayer domingo quise ver en la película reflejado al pueblo de Jonacatepec. Dos secuencias reconocibles.
Cuando Nazarín aparece por una calle descalzo pidiendo limosna y se encuentra con «Beatriz» (Marga López). La otra es el milagro: cuando el padre Nazario pide a Dios por la niña enferma y ésta milagrosamente se cura. En mi búsqueda inquieta encontré las fotos que Buñuel tomó de su exploración de locaciones. Y unas maravillosas del gran fotógrafo mexicano Manuel Álvarez Bravo, quien se integró al rodaje como foto fija. La fotografía tomada en Jonacatepec, al pie del escrito, es de Manuel Álvarez Bravo. Es el encuentro entre el «Padre Nazario» (Paco Rabal) y «Beatriz» (Marga López). Sí, existe una fascinación en mí por las locaciones de películas que me han arrobado.
A ciencia cierta no sé qué se despierta, lo único que siento es que mi imaginación toma las riendas de mi ser, de mi mente. Don Luis Buñuel escribió algo al respecto que le dio luz a mi inquieta emoción de cenizas que permanecen vivas: «Nazarín es un Quijote del sacerdocio» «Entre las películas que he realizado en México, Nazarín es una de las que prefiero.» «La imaginación es nuestro primer privilegio, inexplicable como el azar que la provoca» Luis Buñuel. Raúl Adalid Sainz, en algún lugar de este en pie México Tenochtitlan.
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