-Apuntó que en la ola naranja que ya nadie para, existe claridad de que, con un enfoque de transversalidad, transitemos al empoderamiento de las personas jóvenes de México para permitir que las expresiones de indignación se traduzcan en derechos y cambios profundos de la vida institucional del país.
Hay que reivindicar el derecho a la dignidad y a vivir en un Estado de bienestar que respete las diferencias de las personas jóvenes mexicanas, subrayó el diputado Víctor Manríquez González, integrante del Grupo Parlamentario de Movimiento Ciudadano en la LXXV Legislatura del Congreso del Estado.
El legislador apuntó que en la ola naranja que ya nadie para, existe claridad de que, con un enfoque de transversalidad, transitemos al empoderamiento de las personas jóvenes de México para permitir que las expresiones de indignación se traduzcan en derechos y cambios profundos de la vida institucional del país.
“En este movimiento estamos claros que en vez de asumir los costos de una generación que se ha condenado a la precariedad, México debe asumir las decisiones que le corresponden e implementar soluciones integrales que sean construidas con legitimidad democrática; es decir, con la participación de las personas jóvenes”.
Víctor Manríquez refirió que las diferencias entre las posibilidades de éxito profesional y económico de las personas jóvenes con respecto a la generación de sus padres son evidentes en países de distintos niveles de desarrollo económico, cultural y democrático.
“La precariedad extendida a derechos sociales como la vivienda y la recreación, sumada a la desigualdad económica y a una creciente conectividad generacional derivada del avance tecnológico, han motivado la creación de una comunidad global de personas jóvenes que comparten preocupaciones, necesidades y causas”.
El legislador puntualizó que debe ser prioritario que se generen proyectos de formación y capacitación de líderes juveniles, que mediante un modelo integral permitan el acceso, en igualdad de oportunidades, de las personas jóvenes a los espacios de poder.
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