Las islas de Halong Bay tienen vida propia. No es exagerado señalar que tienen 20 millones de años y han sufrido procesos que han moldeado sus rocas. Estos gigantes de piedra caliza -que suman alrededor de 2.000- contienen minerales que se disuelven en agua y devienen en sus formas tan particulares mediante un proceso conocido como «kárstico». Tanto el mar como la humedad y las lluvias se encargaron de esculpir estos colosos a través de los años.
Cuenta la leyenda que los habitantes de Halong Bay fueron invadidos por un ejército poderoso. Al no contar con defensas suficientes para resistir suplicaron por la ayuda de los dioses. Resulta que fueron escuchados y las fuerzas divinas les enviaron una familia de dragones. Estos dispararon agua, perlas, jade y joyas que dieron forma a las islas diseminadas a lo largo de muchos kilómetros y sus enemigos quedaron encerrados en tal laberinto. De allí el significado del nombre Halong: «dragón que desciende». En estas tierras, lagos y cuevas vestidas con estalactitas se detectó la presencia prehistórica de seres humanos. Se vienen desarrollando civilizaciones desde aproximadamente 18.000 años y esta es una de las tantas historias que componen la imponente existencia de Halong.
Declarada una de las nuevas siete maravillas del mundo, por sus aguas deambulan barcos y miradas contemplativas que resuenan a través del asombro.
Inolvidable.
Alejandro Aguerre, uruguayo.
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