CDMX.- Un hombre de una pieza, un auténtico caballero. Siempre sonriente, siempre de buen humor, siempre cordial.
El querido “Don Loco” (se reía cada vez que lo llamaba así) me dio un consejo hace 17 años cuando lo contraté para una obra que ni siquiera llegamos a estrenar:
Tras verme hacer una rabieta me dijo:
“Señor, en un ensayo sólo haga como que se enoja, pero enójese hacia afuera, no se enoje para adentro. No vale la pena”.
La visceralidad me sigue traicionando a menudo. Aún así, recuerdo las palabras con las que me contestó – en ese tiempo – cómo hacía para mantener la mejor actitud:
“Tengo 72 años, ya es hora de estar siempre de buenas.” Gracias por todo, Don Loco. Descanse en paz. / Guillermo Wiechers, productor de teatro.
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