Ciudad de México.- Este sábado 25 de julio de 1959, luego de haber montado guardia en honor del fallecido Lic. Narciso Bassols, el General Lázaro Cárdenas arribó al Aeropuerto Central de la Ciudad de México, acompañado de su esposa doña Amalia Solórzano; su hijo, el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas; su cuñado el Ing. Salvador Solórzano, el Lic. Alejandro Carrillo, el Sr. Antonio Herrera, así como sus ayudantes Miguel Chávez, Alfonso y Gonzalo García. El motivo por todos conocido, es por un viaje que hará a la Habana, Cuba, toda vez que fue invitado por el nuevo mandatario de esa nación, Dr. Fidel Castro Rus.
La invitación que ha elaborado el presidente cubano es para que el General Cárdenas asista al festejo del “IV Aniversario del Asalto al Cuartel de Moncada”, en la ciudad de Santiago; informes de la diplomacia sostienen que la hizo a través de una comisión que fue de manera personal a entregarle la carta al ex-mandatario mexicano al lugar donde ahora radica que es Uruapan, en el maravilloso estado de Michoacán.
De esta manera, el Mayor de aquella nación isleña Ramón Valdés, el Primer Teniente Héctor García Vidal (Agregado Militar a la Embajada de Cuba en México), el Capitán Orlando Pantoja Tamayo y el Teniente José Orante, y varios miembros de las fuerzas armadas cubanas, el pasado viernes (24 de julio de 1959) se entrevistaron directamente con el General Lázaro Cárdenas del Río, quien, debido a su trabajo como Vocal Ejecutivo de la Comisión del Tepalcatepec, se encontraba en su casa ubicada en el centro de esta ciudad (en la calle Independencia), donde le hicieron entrega de la invitación especial para que visitara Cuba y asista al festejo con motivo del triunfo de la Revolución Cubana.
Nota del autor: Al final, Cárdenas y Castro, reconocidos defensores del pueblo, protagonistas principales del festejo realizado en La Habana, fueron ovacionados ante una multitud compuesta de guajiros y cubanos de toda condición social -calculada en un millón de personas-, quienes no dejaban aclamaban a su mandatario y al general mexicano. Fue un suceso histórico sin precedente en el país donde naciera el gran libertador José Martí, otro célebre personaje que se identificara con dos michoacanos de su época Manuel A. Mercado y Manuel Ocaranza, el primero su mecenas y protector, y el segundo, un pintor de uruapense que llegara a ser cuñado del gran Martí, ya que su hermana había sido su novia.
Texto basado en “Tiempo”, Semanario de la Vida y la Verdad. Vol. XXXV, No. 900, México, D.F., 3 de agosto de 1959. Autor: Sergio Ramos Chávez, Cronista de la Ciudad de Uruapan.
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