* Hoy nos tocó su nostálgico adiós a los que amamos la belleza de su música.
«Después de cinco nominaciones llega «El Oscar» para el maestro Ennio Morricone».
Por: Raúl Adalid Sainz.
Aún me parece escuchar aquellos acordes de flauta en misión jesuita, aún me parece ver a Jeremy Irons tocándola y a Robert de Niro en conversión de alma. Esas armonías maravillosas que enfatizaban la emoción en aquella misión por el Iguazú paraguayo. Monumental trabajo de banda sonora para «La Misión» de Roland Joffé.
Aún escucho el galope de Eastwood cabalgando en lontananza marcando acento musical en «El Bueno, El Malo y El Feo», aún veo a «Tuco» Eli Wallach buscando oro enloquecido por las tumbas. Me estremezco al escuchar «Extasis de Oro» o aquellos maravillosos momentos musicales en el trío de duelo en cementerio.
Aquel reloj musical constante compuesto para «Un Puñado de Dolares», del gran Sergio Leone; paisanos amigos de niñez, un Ennio cómplice artístico de Leone. El spaghetti western en toda la expresión. Sin olvidar la última colaboración de Morricone para Leone en «Erase una Vez en América». Portentoso trabajo musical de don Ennio donde el amor, la nostalgia, el dolor y la tristeza se hacían sentir por medio de aquella música que acompañaba a la imagen en el tránsito emocional narrativo.
Cómo olvidar aquellos violines del tiempo en «Cinema Paradiso», aquellas imágenes de filmes que corrían nostálgicas en el cinematógrafo del pueblo. Aquellos gritos del niño «Totó» al proyeccionista «Alfredo»: «! Alfredo! ¡Alfreeedo¡» Aún me pregunto que sería de la cinta sin esa música.Trabajo ni siquiera nominado al «Oscar». Ni falta hacía para la grandeza memorable conseguida en la historia cinematográfica del mismo.
La presurosa música para «Eliot Ness» en su búsqueda por encontrar un resquicio y apresar a «Capone» en «Los Intocables» de Brian de Palma. Nominación al Oscar únicamente.
Aún veo al trío de gangsters, Delon, Gabin y Ventura, musicalizando don Ennio con gran vitalidad esos arrebatados nostálgicos acordes en «El Clan Siciliano». Grandeza de banda sonora.
Aquella marcial música libertaria en «La Batalla de Argel» de Gillo Pontecorvo.
Como olvidar «El Profesional» con el gran feo francés Jean Paul Belmondo. La música de Morricone engrandecía muchas veces una cinta menor. Uno recuerda una imagen que se vuelve entrañable por la música.
El románticismo erótico de «Malena» de Tornatore, es otro magistral trabajo de Morricone mismo que le valió otra nominación al Oscar.
«Bugsy», aquel gangster que soñó el paraíso del juego en Las Vegas fue otra nominación para el compositor italiano. Su música tenía ese aire del soñador constructor de casinos por el desierto. La expresión y acciones de Warren Beatty se magníficaba con la magistral banda sonora. Otra nominación no reflejada en estatuilla.
«Días de Gloria» de Terrence Malick, fue la primer nominación al «Oscar» para Morricone en aquel lejano 1978.
En 1968 se estrenó la grandeza de Sergio Leone, «Erase una Vez en el Oeste», donde don Ennio se lució. Aún veo esos monumentales parajes en carroza enfatizando lontananza la música, esos encuadres cinematográficos al estilo John Ford. Qué decir cuando baja del tren «La Cardinale» y la música de Morricone da presentación al personaje. Aquella armónica enfatizando la cinematográfica jeta de Charles Bronson.
«The Hateful Eight» de Tarantino, le da el «Oscar» a don Ennio, ni falta le hacía, pero era inadmisible que la academia Hollywodense no hubiera reconocido los múltiples logros del maestro. Aunque debe precisarse que en 2006 Morricone recibió el «Oscar» honorario.
Morricone es cine, traducir su música es ver imágenes de diversa índole, ya sea en tono, estadíos anímicos o en situación de lugares. Su música marca presencias, momentos, emociones. La narrativa cinematográfica encuentra acentos varios por su talento.
Qué sería de las grandes cintas sin su música. A veces me he llegado a preguntar si la película es la que me gusta o es la música de don Ennio. Al final me doy cuenta que es un todo, y ahí reside la grandeza de este genio y de los talentos que lo han elegido para crear la banda sonora de sus películas.
Una enorme emoción me dio verlo en la reciente ceremonia del Oscar. Observarlo con esa dignidad a sus ochenta y siete años ganar lo que siempre ganó. Sus admiradores nos emocionamos. Un artista en toda la extensión de la palabra. Dejo éste escrito escuchando la flauta jesuita de una misión que sigue cumpliendo este músico que Dios nos regaló. ¡Ennio Morricone¡
Raúl Adalid Sainz, en algún lugar de México Tenochtitlan.
Nota: Hoy a los 91 años Ennio Morricone dictó en batuta su último acordé. Memoria viva que lo convierte en una leyenda clásica de lo que es la grandiosidad de la música en el cine.
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