Sensibilizar a la sociedad ante los desafíos y problemas que enfrentan los jóvenes hoy en día, es responsabilidad de todos.
Los jóvenes son los agentes del cambio de una sociedad, son el futuro que hay que escuchar y atender. Nos corresponde a los adultos orientarlos y acompañarlos en su camino para que logren alcanzar sus objetivos, sus sueños y así lleguen a ser hombres y mujeres de bien.
Desde 1999, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) designó que el “Día Internacional de la Juventud” se celebra cada 12 de agosto y tiene por objetivo situar en primer plano y ante la comunidad internacional los problemas de los jóvenes y celebrar el potencial de la juventud como socios indispensables de la construcción de nuestra sociedad mundial.
Tanto los gobiernos como la sociedad, debemos comprender la necesidad de los jóvenes. Los gobiernos deben implementar políticas que les ayuden a superar los desafíos que enfrentan y a alentarles a formar parte de los procesos en la toma de decisiones. Las sociedades deben coadyuvar desde el hogar, la escuela, las iglesias, la comunidad, ofreciéndole a sus jóvenes principios y valores que los hagan ser responsables y sensibles ante la vida. El joven, la joven, necesitan que los dotemos de las armas necesarias para la vida, pero esas armas deben de ser valores que los hagan ser humanos dignos. Darles las armas, sobre todo, de respeto a sus semejantes, a su entorno, a la naturaleza, a la vida.
A los jóvenes hay que ayudarlos a descubrir sus talentos, apoyarlos a que los lleven a cabo, guiándolos y orientándolos hacia sus metas.
El orgullo de un país son sus jóvenes. No les podemos abandonar, ni cortarles las alas, más bien hay que enseñarles a volar alto. Hay que respetarlos y valorar sus sueños y metas para su futuro.
En México son más 14 millones de jóvenes, es uno de los sectores más grande del país. El gobierno actual ha creado programas que ayudan a los jóvenes para que logren bienestar y vida digna. El apoyo a los jóvenes se está dando en todos los sectores. Atendiéndolos en el campo y la ciudad a través de becas en la educación, el deporte y la incursión al trabajo.
Todas las causas de las juventudes deben ser respetadas. Los jóvenes son la esperanza de un país.
Comments