No lo volveré a hacer. Me conformo con leer los libros o los poemas de los escritores y no hurgar en sus vidas, no deseo saber sus manías, sus conflictos, su vida cotidiana. Pero en la librería este título, me llamó la atención, pues los escritores europeos y latinoamericanos tienen una formación de intelectuales que defienden las causas perdidas, su modelo era-nolens volens-los Voltaire, Victor Hugo, Orwell, Russell, Unamuno, Ortega y Gasset, una noble tradición que viene desde el siglo XVIII y XIX, los del XX, opinaban de todo, «sabían» de todo, escribían de «todo» y sus “pueblos” los leían, los escuchaban.
Ahora el estatus del escritor-intelectual-todólogo-comprometido, ha cambiado. Desde esa perspectiva me interesaba mucho saber cómo se peleaban entre ellos estos escritores, sus envidias, celos, intrigas, pleitos; mezquindades o generosidades de sus editoriales. Un escritor editor que trató a la pléyade de estos intelectuales (cito de memoria): Cela, Marías, Reverte, Juan Marsé, Cabrera Infante, Goytisolo, Borges, Bioy, Grass, Kapuscinski, Cortázar, Saer, Sábato, García Márquez, Vargas-Llosa, Neruda, Donoso, Edwards, Benedetti, Paz, Fuentes y tutti quanti- nos da a conocer, las aventuras literarias, de estos verdaderos cabrones-egos revueltos o güevos revueltos es lo mismo (no se admiten mujeres, ninguna)- machos alfa, en la lucha por la fama el dinero y la inmortalidad.
Yo lo compré porque ojié y hojié algunas páginas y las fotografías, algunas muy poco conocidas, son espléndidas. Pero la verdad, esto no es lo mío, la alta chismografía como que es irrelevante; lo que quedan son los libros, las obras. Juan Heladio Ríos Ortega.
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