«Si me van a dar un amigo, un compañero, un camarada para defender mis ideales políticos en las buenas y en las malas. Que sea Álvaro García Linera».
La tarde del domingo 10. Después de su largo discurso de despedida Evo Morales pronunció la frase.
«El golpe de estado se ha consumado en Bolivia».
Y en el instante de esa triste frase su domicilio particular era destruido y saqueado. Y las imágenes de la infamia eran subidas a las redes sociales para festejo de los golpistas.
Quien ha sufrido alguna vez la amarga experiencia del robo de su casa sabe que el mayor dolor está en la violación de tu hogar.
Es insoportable ver que delincuentes se pasearon por tu pequeño mundo privado robando y destruyendo tus muebles, tu ropa, tus cosas.
La casa de cada hombre, de cada mujer es su santuario y siempre debe ser respetado.
En Bolivia profanaron la casa del mejor Presidente de su historia. Le escribieron insultos en las paredes, robaron y rompieron todo. Lo publicaron y festejaron con perversa arrogancia.
Mientras Evo se despedía al lado de él estaba Álvaro García Linera. Quizás el intelectual político más humilde, lúcido y leal de América.
En la vida de los seres humanos no hay metal más escaso y valioso que la palabra lealtad.
Porque a Evo lo traicionaron casi todos; políticos, militares, policías y lo más doloroso; mineros y trabajadores de la COB (Central Obrera Boliviana)
Esta suma de traiciones fue parte del plan golpista.
Y no fue gratis. Seguramente los dirigentes traidores ya cobraron sus monedas de plata.
Cuando Álvaro García Linera tomó el micrófono dijo.
«Estoy orgulloso de haber sido Vicepresidente de un Indio… Y en estos tiempos difíciles que se vienen para mi amada Bolivia, seguiré luchando junto a Evo por ese país plurinacional e igualitario que tanto soñamos».
Y con esto se puso a la vanguardia de los perseguidos políticos en Bolivia… En la mira del fusil de los golpistas.
García Linera tiene 57 años. En los 90′ estuvo 5 años preso por sus ideas políticas. Fue torturado y sometido a largas jornadas en celdas de aislamiento.
No lo quebraron. Salió fortalecido.
Hace años, en una entrevista le preguntaron por qué no se postulaba él como candidato a presidente. Contestó.
«La enorme mayoría de los bolivianos son indios… ¿Por qué los tiene que gobernar un blanco…? Eso es racismo y el racismo es capitalismo».
Álvaro nació en la ciudad de Cochabamba. En el seno de una familia de clase media… Donde lo de «clase media» era pura apariencia porque económicamente la pasaban bastante mal.
Su mamá fue única sostén de hogar. Sola y con enorme sacrificio sacó a sus 4 hijos adelante en la vida.
Cuando hablamos de Evo Morales también pronunciamos sin saberlo el nombre de Álvaro García Linera.
Un hombre culto, sencillo, solidario e íntegro. Sin otra ambición que la de hacer de Bolivia un país próspero y más igualitario.
Cuando hablamos de Álvaro García Linera… Hablamos de ese metal tan precioso, tan escaso llamado lealtad. // Jon Kokura
*Alvaro García Linera. Es vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia. Publicó numerosos libros y artículos sobre la realidad boliviana y los debates contemporáneos de la izquierda. Varios de sus textos están recogidos en La potencia plebeya. Acción colectiva e identidades indígenas, obreras y populares en Bolivia (comp. Pablo Stefanoni, Clacso, Buenos Aires, 2008).
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