Marchará a ese estado en cuanto las autoridades sanitarias lo permitan. “Por ahora puro virtual”, ha dicho.
CDMX Las cúpulas mayores de Morena en el hermoso estado de Michoacán predicen que en cuanto las autoridades sanitarias lo permitan, habrá de llegar a las tierras de Tata Lázaro, Felipe Rodríguez Aguirre, como delegado de Morena para Michoacán, a fin de darle la fuerza y certeza que debe de tener este partido para aclarar candidaturas y postulaciones y consolidar como primera fuerza política a su partido, en todo el territorio de esa provincia gobernada por los del Sol Azteca.
Rodriguez Aguirre pertenece al Comité Ejecutivo Nacional y ha sido notable en su cargo como Secretario de Cooperativismo, Economía Solidaria y Movimientos Civiles y Sociales, en los corredores del Comité Nacional se le identifica como un militante que “no le saca”, que busca mejorar el estado en que se encuentra Morena, y siempre manifestando duras críticas cuando los perfiles a candidaturas no son las adecuadas, en pocas palabras, le gusta tomar las riendas de sus encomiendas a carta cabal. O sea, que allá va a poner marcar personal a toda la grey morenista de Michoacán.
Pero principalmente a analizar las propuestas de los morenistas de Michoacán, coordinar e integrar comisiones para tal efecto; coadyuvar a la organización de Morena en todo el estado, reactivar los comités, fortalecer las estructuras y bases para que no los chamaqueen en las elecciones los perredistas y/o las alianzas que surjan.
En pocas palabras, llega a coordinar trabajos y asuntos en materia electoral para bien de Morena, ahora que está de moda este agraciado partido del poder.
Por cierto, Felipe Rodríguez Aguirre, fue uno de los cinco miembros que favoreció a Alfonso Ramírez Cuellar, para dejar en la banca a la Polevnsky, al igual que apoyaron tal hecho Martin Sandoval Soto, Tencha Sánchez, Isaac Martin Montoya y Evangelista Aniceto.
Rodriguez Aguirre es un personaje que le gusta “pisar parejo”, y no andar a tientas.
Es un tipo singular, de origen michoacano, de La Piedad de Cavadas, con 63 años encima, hizo su carrera política en Nezahualcóyotl, en defensa de los pobres, luchador social en pro del impulso de obras urbanas y de escuelas populares, allá por el Estado de México.
Maestro del INEA, impulsor de la creación de planteles educativos. Defendió a los pobres de la carestía en cuanto al costo predial y agua, buscó que se pavimentaran varias colonias, de Nezahualcóyotl, allá mismo, llegó a hacer huelgas de hambre en contra del ejercicio del gobierno priísta, abusivo y avasallador.
En 1988, respaldó la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, a la presidencia de la República y peleó contra el fraude electoral, encabezado por Carlos Salinas de Gortari.
Al fundarse el PRD, se adhiere al mismo, como militante distinguido por su poder de convocatoria, era entrón. Cuando fue candidato a diputado federal, en 1992, fue severamente reprimido por grupos de porros del PRI. Obtuvo el cargo de Secretario General del PRD, en el Estado de México. Tras varios intentos, es diputado federal en 1997. Luego, fue diputado local, en 2003-2006.
Al concluir su diputación perredista, en 2013 fue hecho preso en el gobierno federal de Enrique Peña Nieto y el estatal de Eruviel Ávila Villegas, permaneciendo con injusticia en el penal de Santiaguito, en Almoloya de Juárez. Sin embargo, salió libre de esa inesperada retención llevada a cabo en marzo de ese año, para entonces ya era Consejero Estatal de Morena en el Estado de México, donde floreciera el famoso grupo de Atlacomulco. Todo esto por participar en la lucha a favor de mejores niveles de vida para colonos, campesinos e indígenas, no sólo de ese estado, sino de otras partes de la república mexicana.
Uno de sus logros ha sido el ser líder de la Unión Popular Revolucionaria Emiliano Zapata (UPREZ), del Estado de México. Anticapitalista, anticonservador, sabe del campo, educador, revolucionario, experredista; rivaliza con Yeidckol Polevnsky, se identifica con Ramírez Cuellar; Raúl Morón siempre que puede le coquetea; sus adversarios del Estado de México lo consideran un “cacique de Morena”, lo cuál no pudieron comprobar; político enérgico pero justo, ameno, provinciano, de lenguaje coloquial, le gusta dirigir movimientos, es claro, ama Cuba, se identifica con los principios revolucionarios de Francisco Villa y Zapata. Odia todo lo que venga del PRI y del PAN. Le gustan los retos.
Dicho sea de paso, sabe de “pe a pa”, cómo se hacen las marchas, pintas y los plantones, y de qué manera llamar la atención cuando así se requiera para cumplir con una misión en defensa de los más desprotegidos, de los maestros, de los agricultores, del pueblo.
Conoce de los procesos electorales. Ha sabido perder pero también ganar. Obradorista 100%, se habla de tú con AMLO, dicen que una vez cuando la cosa estaba en desventaja para el actual presidente de la república, lo animó para seguir en busca de la silla presidencial y que le dijo: “el que no se avienta, no cruza el río”.
Defiende su militancia del CEN de Morena hasta “las cachas”, se identifica con los planes revolucionarios, se ampara del “Movimiento Plan de Ayala Siglo XIX”, y le gusta el churipo y el atole de grano, ¡pero nunca las enfrijoladas azules! / Col. Juan Barrientos Figueroa
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