CDMX.- Carl Berstein, destacado comunicador que laborara en el Washington Post, conocido por destapar, junto con Bob Woodward, el escándalo tan famoso, el “Watergate”, que culminó con la renuncia del presidente norteamericano Richard Nixon; nos pone a reflexionar en esta lista sobre lo que el periodista moderno e ingenuo, puede llegar a creer.
1- Creer que un famoso o un poderoso se convierte en su amigo por entrevistarlo una o varias veces. (La investidura de prensa será siempre un insorteable muro de interés para el que necesita publicidad y para el que necesita publicar algo).
2- Creer que el famoso o poderoso tiene un interés particular en su persona, capacidad o inteligencia más allá del medio que representa. (Para el entrevistado el reportero es un ente sin rostro, solo representa al periódico, canal, revista, no hay medias tintas, no hay excepciones, solo auto engaños).
3- Creer que el medio que representa lo respaldará a toda costa.
4- Creer que por entregar un artículo más rápido de lo razonable su editor le concederá unas horas de gracia y no le pedirá otro (en el periodismo a quien más rápido entrega es a quien más se explota).
5- Creer que es irremplazable.
6- Creer que un artículo polémico con graves connotaciones tendrá un efecto a nivel social (en el 99 por ciento de los casos no será leído, escuchado o visto, y si lo es, en el 99 por ciento de los casos sólo servirá para que los empresarios que dirigen su medio puedan negociar con las elites políticas o de otra índole una publicidad más jugosa).
7- Creer que el periodismo es una carrera para ascender hacia algo (Es una profesión sin mañana, horizontal, no hay ascensos, no hay dinero, no hay futuro).
8- Creer que el prestigio le da ciertas licencias (En el periodismo no hay memoria, un día se puede hacer dimitir a un político y al otro día el editor te rabia por un equívoco en una fecha o un nombre).
9- Creer que será recordado en su medio tras su partida (Vuelvo a decirlo, no hay memoria, el periodista muere con sus recuerdos, no hay ecos, en cuanto sale por la puerta del diario, el bullicio de quienes hacen la edición del día siguiente convertirán su presencia de años en un mero fantasma).
10- Creer que aquellos que le sonreían y lisonjeaban cuando trabajaba para cierto medio, harán lo mismo cuando lo pierde (Releer el punto 2).
1979. Carl Berstein.
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