Escribí esto, después de la lectura del artículo de Fadanelli: Juan Heladio: «Con tanta apología a la forma de existir de Bukowski-su inigualable style-, me he dado cuenta que a los machos mexicanos, contraculturales, sórdidos, por lo demás, adolescentes de 40 años de edad, o más, por sobre su su literatura, les fascina ese, su estilo de vida. Bueno, ahora con el crack, el crocodile, la comida chatarra, y el licor tan industrializado no dura uno mucho por esos caminos. Fadanelli está haciendo una apología del desenfado y de la envidia manifiesta, del gran escritor, a su par Henry Miller.
Bueno queda asentado: a Bukowski no le gustaba cómo escribía Miller, pero, es sólo cosa de gustos, no está uno obligado a gustar de esa, su cocina literaria. Ah, cómo extraño los momentos en los cuales se lee un cuento o un relato de Bukowski en el original o traducción y se pregunta uno, a sí mismo: ¿qué significa esto para mí?, más allá o más acá de la vida de este santo negativo.
Comprendiendo mal, a lo mejor, en el texto, dice Fadanelli, que ya no le gusta Bukowski; en cambio, y nos consta por sus ensayos, admira mucho más a otros escritores o inclusive a filósofos. Pero debido a su leyenda de bukowskiano, lo obligan a seguir haciendo hagiografías del santo bebedor y gran escritor. Bukowski este Cioran americano fue original, uno debería emularlo en eso, y crearse su propio style…no more heroes! Y… seguirlo leyéndolo, validándolo por su escritura».
Juan Heladio Ríos Ortega.
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