«…mientras tengamos capitalismo este planeta no se va a salvar, porque el capitalismo es contrario a la vida, a la ecología, al ser humano, a las mujeres.» Berta Cáceres
En el mundo del cuidado medioambiental y de fauna, es impensable la cantidad de profesionales de una calidad humana, ética y laboral inigualable que he podido conocer que han sido botadas del trabajo o que han sufrido unos niveles de mobbing extremos por señalar corrupción, por impedir violencias, por defender un cuidado real de la naturaleza y, en innumerables ocasiones, por defender y proteger a víctimas de agresiones de todo tipo (por no hablar de todas las que han cargado contra abusadores sexuales y sus encubridores y han sido apaleadas y denigradas por ello) … o simplemente, de una u otra manera, por poner todo el corazón en mejorar el mundo, en crear un impacto real, positivo en el mundo.
Se me encoge mucho el corazón de pensar y comprobar tantos casos en que ganan intereses personales, económicos y de poder, por encima de la urgencia del cuidado de la vida, que solo puede ser colectivo y desde una ética de cuidados, de respeto y de apoyo mutuo. Porque somos pocos, y porque nos necesitamos.
El mundo se va a la mierda, pero somos cada vez menos porque en nombre de la conservación se continúan permitiendo y apoyando atrocidades, y porque se continúa echando a la calle, y en numerosas ocasiones a la cárcel, a quienes realmente están en esto por corazón. Porque son ell@s quienes ven mas allá y se rebelan contra lo injusto y lo corrupto, que lo llena (casi) todo.
Pienso en todas las compañeras (casi siempre son ellas) que pueden tanto y que sin embargo están fuera de juego, y al límite en la vida, y me horroriza mirar al mundo y saber que, no habiendo tiempo ni manos que perder, han convertido el luchar por proteger la vida en una pantomima, en un teatro y un lavado de cara para el horror, y en una auténtica guerra para quienes aún luchan por algo real. Y cada vez mas en un privilegio con derecho de admisión en el que en la gran mayoría de los casos la ética y la conciencia social tienen prohibida la entrada.
Por tod@s l@s que, pudiendo tanto, viven apenas sin poder comer ni dar de comer a los suyos. Personas que nadie nombra, que no dan discursos para la posteridad porque el micrófono lo tienen sus agresores. Personas que han dado y dejado todo por hacer el mundo algo más respirable y que han quedado de manos vacías, abandonadas por proyectos corruptos y hombres violentadores, hombres a los que siempre les sobra la chamba y que sí llenan los papers y las élites.
Por ellas, y por todo lo que el cuidado de la tierra cambia cuando ellas están. Por ellas y por la tierra misma que luchan por poder cuidar, algo tiene que cambiar. /Cenix Callejo
Jerez de la Frontera, España, 1990.
https://libroemmagunst.blogspot.com/2020/01/cenix-callejo-el-capitalismo-es.htm
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