En la esquina
Columna
Por Juan Barrientos Figueroa
CDMX.- La notable rivalidad entre Alfonso Ramírez Cuellar y Yeidckol Polevnsky es un fenómeno que puede interpretarse como una competencia partidaria rígida, en la que se tiene en manos un enorme poder político y hasta cierto momento social, luego de las elecciones federales pasadas donde MORENA arrasó y conquistó la Presidencia de la República con AMLO, mayoría en la Cámara de Senadores, mayoría en Cámara de diputados, mayoría en 19 congresos estatales, 7 gubernaturas, circunstancia que le permitió a la Polevnsky disponer de autoridad inconmensurable que hoy exige se mantenga dentro de MORENA.
Mientras Ramírez Cuellar -con afán protagónico más que franco y sin eco- se encuentra haciendo un llamado a los dirigentes de las diversas fuerzas políticas, “para lograr acuerdos que permitan reducir el excesivo monto de financiamiento que reciben los partidos políticos y así demostrar la solidaridad de nuestros institutos con la economía mexicana”; el escenario y el divisionismo dentro de las altas esferas de MORENA y su militancia asciende de forma exponencial en este 2020.
Hay rivalidad desmedida, y donde también la figura y presencia de Bertita Lujan, sigue creando un estado tenso, de diferencias y polémica con la Polevnsky, a la llegada del nombramiento de Poncho Ramírez como Presidente Interino (¿electo?) de su partido.
Por cierto, Bertita Lujan explica que deben de hacerse a un lado aquellos militantes que impiden el desarrollo sano de MORENA, creando inercias, que existen no pocos ataques internos a MORENA y que son pronunciados por sus mismos líderes, y en relación a la Polevnsky le expresa una indiferencia, no es de su interés ponerse en su contra, no le gusta crear polémica, pero a ciencia cierta sabemos que no se identifica con ella.
Por su parte, con gran habilidad y experiencia el senador Ricardo Monreal, bajo el objeto de no enfangarse por el tema en la guerra de poder interno entre sus correligionarios, ha dicho de manera insistente que por ahora no emitirá ningún comentario u opinión en torno a su partido, dizque porque no quiere involucrarse en la vida partidaria, ¿será?; “no tengo representantes ni voceros en el partido, ni estoy creando otro y dedicaré todo mi tiempo a mi responsabilidad constitucional” Amen.
En resumen, lo anterior es el panorama de los combates que hay dentro de la alta cúpula de MORENA, no obstante es el único partido que literalmente ha venido siendo el primer protagonista que se hace presente en el horizonte nacional en cuando a partidos se refiere, o por casualidad: ¿tiene presencia política el PAN? ¿el PRI? o ¿el PRD? Lo dudo.
En tanto, sobre MORENA habría que ver si Andrés Manuel López Obrador manda una nueva señal que marque el movimiento que debe emplear MORENA, y quién es el predestinado para conducir el timón color granate, tal como el mismo lo dice: ¡será, lo que dice mi dedito! Aun cuando ha declarado que desea mantenerse a distancia, como lo dice el refrán: “no toda distancia es ausencia, ni todo silencio es olvido”.
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