CDMX.- Este mes, me roba mi ciudad. He aquí un textito quejumbroso de mi diario, pero puede ser de cualquier diciembre, esto es sólo un revival anual:
«No me gusta la parte de diciembre en la que se me enfrían mucho las manos y resulta muy desagradable; suben el gas, la gasolina; todo el día hay congestionamiento vehicular, se suicida mucha gente, roban más autos, asaltan a transeúntes; mis cafeterías preferidas: La Habana, El Cordobés Jekemir, están llenas.
Hay más gente en Mix up, y en mi librería favorita El Péndulo de Hamburgo y en mi restaurante El Yug.
Contra el frío, debo usar un suéter de cashmir para dormir, cosa que durante los otros 11 meses no hago: la ropa para dormir es cosa para parejas que se detestan o enfermos; yo duermo siempre con trusa y basta.
Tomando en cuenta que vivo en solitario, el bacalao de Sanborns y sus romeritos, no están mal, pero a todas horas está copado; no hay buenos noticiarios por ningún lado, todo mundo ausente; la televisión y los diarios son una infamia.
A veces las chavas te hablan en la madrugada medio high o con unos drinks y encima, quieren recalentar situaciones sentimentales que ya tengo más que olvidadas.
Mes insufrible: me molesta el gentío, además el sol está medio psicodisléptico y sólo entibia; la luz de diciembre me pone al borde del llanto: me recuerda un diez de diciembre que mi amada novia la bailarina neurótica-as myself-, me abandonó porque no le gusta el free jazz que siempre escucho. Total quisiera hibernar todo este maldito mes…»
Juan Heladio Ríos Ortega.
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