La diputada presentó posicionamiento en el marco del Día Internacional de los Niños Víctimas Inocentes de Agresión
Morelia; Michoacán, 30 de mayo de 2018.- Debemos promover políticas públicas para que las autoridades coordinen esfuerzos en materias de seguridad, justicia, salud y educación, con el fin de disminuir la brecha de desigualdad y evitar así la violencia contra los niños, aseguró la diputada priísta Esperanza Vargas Franco.
Lo anterior, al presentar un posicionamiento con motivo del Día Internacional de los Niños Víctimas Inocentes de Agresión, en tal sentido, afirmó que violencia contra los menores es posible debido a la existencia de planes de gobierno que no cuentan con políticas y marcos legales adecuados que permitan evitarla, investigar y procesar a los culpables y ofrecer a las víctimas servicios de seguimiento y tratamiento.
“Nuestra infancia es un proyecto en construcción que está en nuestras manos, puede mejorar si somos capaces de brindarles un entorno seguro y con oportunidades. Pues debemos asumir con responsabilidad que el futuro de la humanidad no son los niños, somos nosotros los adultos con quien ellos crecen”, dijo la legisladora por el distrito de Jacona.
Vargas Franco agregó que de acuerdo a la UNICEF, solamente en 2012 el número de niños y adolescentes menores de 20 años que fueron víctimas de homicidio llegó a 95 mil, lo que convirtió a ese delito en la principal causa de muerte de menores.
Resaltó que en México, particularmente en Michoacán, los niños, niñas y adolescentes representan uno de los grupos más vulnerados en sus derechos humanos, siendo también los más afectados por la presencia del crimen organizado. Esto debido a que a menudo los niños y adolescentes sufren presiones, amenazas o engaños para que colaboren con estas organizaciones, y son utilizados por los adultos para las tareas de mayor riesgo para su integridad personal. La forma y el contexto en los cuales ocurre la captación de los niños y adolescentes a estructuras criminales pueden ser consideradas en muchos casos como situaciones de abuso y explotación.
Mencionó que los datos indican que es mucho mayor el número de niños que sufren la violencia en forma de disciplina, por lo general en sus propios hogares y desde que son muy jóvenes. En la mayoría de los casos, los niños son objeto de una combinación de castigos físicos y agresiones psicológicas.
“Muchas de las víctimas son demasiado jóvenes o demasiado vulnerables para denunciar lo que les ha sucedido o para protegerse. Y con frecuencia, cuando las víctimas formulan las denuncias, los sistemas judiciales no responden de manera adecuada y los servicios de protección de los niños son insuficientes o inexistentes”, concluyó.
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