Queridos Reyes Magos…
5 de enero de 2020. Melchor, Gaspar y Baltazar. Como sé que vienen desde el lejano oriente, conducidos por la estrella de luz bendita, deben venir cansados y hambrientos. Hoy es una noche de mucho frio y seguro que con una taza de chocolate caliente y un trozo de pan mitigaran un poco su hambre y el cansancio. Aquí junto al árbol de navidad les dejo su chocolate y su pan, también paja y agua para sus camellos, además les dejo un zarape para que se abriguen más y descansen un poco mientras leen mi carta que hice para ustedes. Les pido la lean con calma y de ser posible me traigan lo que les pido para mi y para los demás.
Reyes Magos, hoy les pido a cada uno algo especial.
Querido Melchor, a ti que eres el mas viejo de los tres, un anciano de gran experiencia y sabiduría te pido que nos traigas la MIRRA, que representa la HUMANIDAD de DIOS. Que nos la entregues por medio de una luz divina del entendimiento, que nos haga más sensibles ante la miseria humana. Que nos haga sentir y comprender el llanto, el hambre de los hambrientos; el frio de los sin techo; el desvarió de los desvalidos. La soledad y el dolor de los enfermos, el miedo de la violencia ajena. Necesitamos ser más justos y más hermanos, más hombres y mujeres de fe. Necesitamos más humanos.
A mi querido Gaspar, el joven rubio, el que viene con el INCIENSO, que representa la DIVINIDAD de Jesús. A ti Gaspar, te pido que traigas la libertad y la justicia, que no haya más fronteras para los niños migrantes, ni para sus familias. Que ya no transiten por la oscuridad, perseguidos por la violencia, incomprensión, la sinrazón, por el desprecio y la miseria. Que ya no sigan esperando la misericordia divina frente a la injusticia humana. Que ya no haya niños cargando lozas de sufrimiento, miedos, hambre, angustia y soledad. Que sus ojos ya nos sean tristes por el sufrimiento, sino alegres y sonrientes por sentirse aceptados y amados por los demás, sobre todo, amados por Dios.
Y, por último, al moreno Baltazar, el portador del ORO, lo más preciado, lo que brilla, símbolo de que Jesús es el REY DEL UNIVERSO. A ti Baltazar, te pido que a los adultos y a los niños, nos entregues el oro más preciado y que es Jesús, para que habite en nuestro corazón y podamos vernos y vivir como verdaderos hijos de Dios. Verdaderos hermanos, sin discriminación, sin envidias, sin otra posesión que no sea la del amor de hermanos.
A los tres les pido, que a los niños que hicieron sus carta no les fallen, pues ellos los esperan con la ilusión de niño, y como siempre dar lo que es justo siempre es la mejor entrega.
¡Que este día ningún niño se quede sin un regalo de ustedes queridos Reyes Magos!
¡Bendita llegada de Cristo!
Gracias por recibir mi carta de este 5 de enero de 2020. Los quiero mucho.
Laurita Ramos.
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