Esta película de culto refiere al constante dilema del hombre versus el sistema. El personaje principal es empujado por la circunstancia a enfrentar sus miedos. Allí comienza su lucha contra la indiferencia de la burocracia, esa máquina opresiva que convierte seres en números. En un futuro distópico que recuerda a 1984 de Orwell, Sam es un tecnócrata cuya realidad se ve felizmente amenazada por sus sueños y por la defensa de la libertad de pensamiento y la imaginación. Preciosa comedia negra y surrealista.
«Me pregunto si hay un nivel subconsciente en el que trabajo que absorbe muchos detalles del mundo real y los uso sin saberlo. Soy siempre muy místico con esto de hacer cine. Yo soy solo la mano que escribe, la película en realidad se está haciendo a sí misma. Y debes tener cuidado con lo que satirizas porque se hace realidad.
Siempre me cuestiono las cosas. Siempre miro a la fatalidad inminente. Tiene que ver con la muerte. Por eso me río de ella todo el tiempo: la muerte no tiene sentido del humor» (El País, entrevista a Terry Gilliam. Junio, 2018).
Alejandro Aguerre, uruguayo.
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