Antaño, en blanco y negro, dos o tres personajes interactuando y su temática existencial, nos mantenía en vilo: la incomunicación, la amistad y los amores frustrados, la pregnancia de la infancia como determinante de nuestra biografía, las perversiones, los dilemas de maternidad-paternidad, el suicidio, la enfermedad mental, la venganza, la generosidad.
Salías atónito del cine, con la sospecha de no haber entendido nada o que estabas tergiversando la narración cinematográfica.
Pero con los años descubres que dejaron un plus: son una caja de herramientas para la toma de decisiones ante tus problemas cotidianos y fundamentales.
El cine contemporáneo es abismalmente diferente y merecerá ciertas evaluaciones.
Mientras tanto queda reverberando en la mente este disparo que viene desde la oscuridad de nuestra existencia:
-Don’t you think I understand?
The hopeless dream of being.
Para Bergman la vida es una ruleta rusa lúdica estremecedora, fascinante y al fin, mortal.
Juan Heladio Ríos Ortega.
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