Entrevistas y ColaboradoresInformación General

¿Acaso desapareció el Barrio de la Santísima Trinidad y su capilla?

0

Sergio Ramos Chávez, Cronista de la Ciudad.
Últimamente se ha hecho común entre los habitantes de los barrios señalar que en un momento dado desapareció el Barrio de la Santísima Trinidad, sin saber qué fue de sus pobladores, al igual que mucho tiempo atrás aconteciera con el Barrio de los “Santos Reyes”.
Por tal razón, en los párrafos siguientes anotamos algunos datos sobre la justificación de que este hecho no fue así.
Ya en 1780, con gran alegría vecinal, pobladores del antiguo Barrio de la Trinidad, situado hacia el sureste de la ciudad, celebraban como segunda fiesta la del Sagrado Corazón de Jesús y con gran majestuosidad, se adornaba el altar de su capilla, quemándose abundante pólvora, se aprovechaba el espacio de la plazuela de la capilla de tal barrio, uno de los nueve fundados por Fray Juan de San Miguel, en 1533.
Para apuntes demográficos, en un padrón de población citado en la monografía de Uruapan, de Francisco Miranda (Monografías Municipales, del Gobierno del Estado de Michoacán, primera edición, Morelia, 1979), señala que en 1787 en el antiguo pueblo de San Francisco Uruapan habían 2, 907 habitantes, de los cuales en el Barrio de la Santísima Trinidad se contabilizaron 126 habitantes indios y 309 habitantes mestizos.
De acuerdo a estudios de la época, en La Trinidad –como le diremos de ahora en adelante al Barrio de la Santísima Trinidad- se ubicaron casas reales, casas del gobierno indígena y la capilla con su plazuela correspondiente.
Un detalle sobre la emotiva participación de los feligreses y pobladores de La Trinidad durante los festejos del Martes del Carnaval, que solían realizarse en la época del porfiriato; se localiza en el Álbum de Uruapan (obra de Eduardo Ruiz), donde el escritor taretense Manuel García Rojas se refiere a un viaje que hizo desde su tierra natal al edén michoacano, alrededor de 1895 y 1900, y quien después de la festividad en el Barrio de Santiago, expresa lo siguiente:
“Prolongándose hasta el miércoles la fiesta (…) hubo toros en el Barrio de la Trinidad; toros de carne y hueso; hubo máscaras, cascarones y demás cosas. Divertímonos un poco, notando el risible contraste que formaban las encenizadas frentes de algunas gentes devotas con las cabezas llenas de agasajos de otras. Tal es el mundo”.
Por lo anterior, podemos constatar que todavía a principios del siglo XX las fiestas patronales eran muy sonadas, no quedando atrás la de la Trinidad.
Como un dato anexo sobre el barrio, en cuanto al establecimiento del agua potable para sus pobladores, Cirilo González Pérez en Los Manantiales del Cupatitzio, Uruapan (edición publicada por la UMSNH, en 2010) de su inspección hidrogeológica efectuada en el año de 1900, sostiene que:
“El Barrio de La Trinidad queda al sur de Uruapan, al cual quedó unido otro llamado de La Magdalena. Visité en ellos diez ojos de agua, cuatro en el primer lugar y seis en el segundo. El agua después de surtir a los vecinos de esta población, va a desembocar al Cupatitzio”.
Otro aspecto que nos conduce a justificar que de ninguna manera el barrio de La Santísima Trinidad desapareció poco a poco, como a veces se comenta, lo podemos encontrar en la “Constancia Media a las Asistencias del Catecismo”, que la Sacristía local coordinaba en cada barrio para celebrar entre los niños su Primera Comunión.
Así, en cuanto a las secciones, el Barrio de la Santísima Trinidad, arrojó los siguientes números:
A pesar de estar Uruapan en plena revolución (la toma de la plaza había ocurrido en mayo de 1911), para 1914 concluyeron su preparación 42 infantes; en 1915, fueron 52; en el siguiente, bajó a 43; en 1917 subió a 112 niñas y niños; en tanto, en 1918 se incrementó 190; y en 1919 cumplieron su asistencia, 169 infantes.
Comentar que destacó la participación de las instructoras nativas del barrio, Salud Vega, Amelia Pérez, María Solorio, Refugio Caballero, Lucrecia Huarota y Reinalda Alvarez, entre otras que colaboraron en estos años. 1
Por otra parte, ya en 1920 don Hilario Valencia Braum señalaba que en la explanada de la capilla del Barrio de La Trinidad solía ponerse un mercado de frutas frescas, verduras, pan y muchos trastes, que abarcaba todo su perímetro, a donde iban las amas casas y vecinos de dicho barrio a comprar lo que necesitaban para su hogar. 2
De la misma manera, en la época de la rebelión cristera, entre 1927 y 1928, durante el gobierno callista y teniendo como gobernador al general Enrique Ramírez, por riesgo a su integridad los vecinos abandonaron el culto y la humilde capilla franciscana gradualmente fue quedando en ruinas.
En resumen, desde hace un siglo que La Trinidad, como tal, fue dejando de ser activo en sus fiestas patronales. Había mínima participación de sus pobladores y la llegada de la Guerra Cristera en 1927 a la par con las medidas del gobierno federal en cuanto a los bienes del clero mexicano, dieron como resultado que este espacio delimitado por Fray Juan de San Miguel, decayera en sus tradiciones y por lo tanto en presencia como barrio.
A principios de 1930 empezó a formarse lo que ahora conocemos como el Barrio de «El Vergel», situado en las antiguas huertas de aquél barrio tradicional; siendo el Barrio del Vergel el que tomó el lugar de La Trinidad.
Regresando a la capilla, y por lo tanto a la plazuela, olvidaba decir que estaban en la esquina que forman las calles antiguamente llamadas De la Trinidad y Las Flores, actualmente Reforma y Aldama.
La plazuela de La Santísima Trinidad siempre fue menos popular que las plazuelas Donato Guerra, donde está el Monumento a la Bandera, y la José María Izazaga, mejor conocida como La Ranita; aunque hay algunos datos interesantes respecto a aquella plazuela.
Durante la Revolución Mexicana, entre 1911 y 1917, conforme a testimonios orales como el de Hilario Valencia Bram (Uruapan, 1910-Uruapan, 2005), aseguraban que ahí fueron ejecutados no pocos rebeldes, al igual que lo hicieron en el famoso Palito Verde, situado al sur del centro de la población, rumbo a San Juan Nuevo. 3
Precisamente, como hecho fidedigno, durante la Toma de Uruapan, ocurrida en mayo de 1911, los insurrectos aprovecharon para robar a los comercios más surtidos de mercancía que se localizaban en los portales del centro de la ciudad, «pero, después llegó gente del gobierno, nadie quería haber participado en el saqueo, porque comenzaron a investigar quiénes habían participado en el robo y a los culpables -para ser colgados- les esperaban los fresnos que habían en la Plazuela de la Capilla de la Trinidad o los frondosos fresnos que existían a las puertas del panteón municipal”, nos dice el cronista J. Jesús Alejandre Romero en su obra «Uruapan de Antaño».
Por otra parte, la plazuela en referencia, cambio de nombre a principios de los 30, en un hecho aprobado en una de las sesiones celebradas en 1932 por el H. Cabildo del Municipio:
“Llevando de ahora en adelante el nombre oficial de Plazuela Bonifacio Moreno, en recuerdo al reconocido revolucionario de la tierra caliente que defendiera esta plaza”, tal como lo decía la placa que estaba situada frente al lugar.
Dicho en otras palabras, en el periodo de gobierno del farmacéutico parachense Rafael Cano Vargas, la antigua Plazuela de La Trinidad, por acuerdo del gobierno municipal se le denominó Plazuela Bonifacio Moreno, en memoria a uno de los primeros personajes revolucionarios -originario de Parácuaro- que se levantara en armas en contra del gobierno porfirista, apoyando al maderismo, según versa en una de las actas del H. Cabildo de aquel año.
Ya como Plazuela Bonifacio Moreno, algún tiempo fue ocupaba por el Cuartel del 21 Batallón de Infantería; es decir, por el cuartel del Ejército Mexicano, esto fue aproximadamente de 1936 a 1944.
Como detalle, en aquél tiempo se popularizó el Mesón de las Pulgas, ubicado junto a la capilla de La Trinidad, por la calle Aldama y que por muchos años estuvo en servicio para los arrieros.
Nuestro amigo, Alberto Rojas Corona, un escritor de Uruapan no muy conocido, en su relato anecdotario: «El Campito (Recuerdos)», publicado en 2008, en la revista “Tiempo del Cupatitzio”; rememora que allá por los años 40´s del siglo pasado la plazuela contaba con gruesos y altos fresnos y una capilla en total abandono, por ello era necesario darle mantenimiento.
​Por cierto, el Ingeniero Rojas Corona, quien desde hace décadas radica en la Ciudad de México, siempre llamaba La Trinidad al barrio donde nació y no Vergel, y de ello hace una anotación interesante:
​“La denominación del barrio me causaba algo de confusión, indudablemente vivíamos en el barrio de La Trinidad, así le decíamos; la capilla estaba a una cuadra de la casa, donde ahora se ubica el Jardín de Niños, pero mucha gente me decía -¡Ah, vives en El Vergel!- Yo asentía, porque, para dotar de vivienda a muchos obreros textiles de fábrica “La Providencia”, se abrió un fraccionamiento con el nombre de “El Vergel”, un nombre adecuado a la zona, ya que muchas de la casas tenían jardín al frente o en los patios interiores. Muchas gentes iban a buscar flores a estas casas para llevar a diferentes festejos o conmemoraciones. Recuerdo cómo iban a nuestra casa por el mes de mayo para proveer a las “almengracias: niñas vestidas de blanco, de las flores que ofrecían a la Virgen”, y niños que hacían lo mismo en el mes de junio, a mi mismo me tocó llevarlas al templo viejo (San Francisco); pero por entonces no entendí el por qué de esta devoción, pero no me desagradó del todo”.
​Regresando al tema, años posteriores en el lugar donde estaba la capilla y su plazuela se construyó el jardín de niños Club de Leones, ahora Miguel Hidalgo. La primera piedra de la obra fue colocada en octubre del 1958, conforme lo cita el Boletín del Bimestre Noviembre-Diciembre de ese año, que publicaba la Comisión del Tepalcatepec:
​»A fines de octubre anterior el Club de Leones inició la construcción de un Jardín de Niños, en el sitio conocido con el nombre de Plazuela de La Trinidad –Bonifacio Moreno-, esquina de las calles de Reforma y Aldama de la ciudad de Uruapan. El predio, de propiedad federal, fue cedido para este objeto por la Comisión del Río del Tepalcatepec, a nombre del C. Presidente de la República y en representación de la Secretaría de Bienes Nacionales».
​Añadir que ya desde septiembre de aquél año, cuando aún era presidente Rafael Ledesma Medina, el Club de Leones de Uruapan, que encabezaba en ese entonces Salvador Gómez Ortiz, recolectó 70 mil pesos, con el afán de apoyar a los programas de obras públicas municipales, y habían acordado construir el plantel educativo, el cual significó ser el primero en su tipo; la cantidad habría de sumarse con otro tanto de la federación y otro del gobierno estatal.
​Así, para noviembre del 58, aún con gran celeridad se encontraban trabajando en la edificación del llamado kindergarden del Club de Leones.
​Abundando, por ese tiempo aunque en forma esporádica, la plazuela también la aprovechaban como escenario para las modestas compañías de carpas de teatro que hacían temporada en Uruapan, mientras que, una vez edificado el jardín de niños, el grupo local Sociedad Amigos del Teatro (SAT) que dirigía en maestro Jesús Zaragoza Pulido, solicitando permiso a la directora del Miguel Hidalgo, ocupaban un pequeño salón para presentar sus obras teatrales en el llamado Teatro de Cámara, donde cierta ocasión se presentara el famoso actor mexicano Carlos Ancira, en el monólogo “El diario de un loco”; también se ponían titiriteros, e incluso en los años 60 del siglo pasado se ponía un volantín, y hasta a un lado del kínder se estableció poco tiempo un campamento de húngaros y gitanos, al final, la situación cambó al incrementarse el número de escolapios que asistían al jardín de niños.
​Sobre la promoción del teatro, se confirma, por ejemplo, en la revista «Eventos» que dirigiera Daniel Cadenas Raya, en el número 6, fecha 16 de noviembre de 1969, donde nos cuestiona sobre la plazuela:
– ¿Recuerda Usted el teatro Tayita?
– Estaba ubicado en la Plazuela Bonifacio Moreno, mejor conocida como La Trinidad. Era una carpa itinerante. Operó de los años 50´s a los 60´s. En ese lugar ahora está el jardín de niños Miguel Hidalgo.
Para terminar, con el paso del tiempo la capilla y la plazuela de La Trinidad sólo quedaron en la memoria de los uruapenses del ayer, y hoy en su lugar definitivamente se quedó el jardín de niños, el cual ha permitido favorecer a muchos escolapios de nuestro vergel michoacano en su desarrollo formativo.
Por su parte, el Barrio de El Vergel representa hoy día un barrio alegre, risueño, respetuoso y organizado que sigue preservando las fiestas patronales sembradas hace varios siglos por Fray Juan de San Miguel, ¡Tata Juanito!, fundador hispano de la antigua villa de San Francisco Uruapan, hoy Uruapan del progreso.

Notas:
1 “Libro de Registro de Doctrinas de la Parroquia y sus Barrios de Uruapan, años 1910-1919”. Libreta original. Archivo personal Sergio Ramos Chávez.
2 De la entrevista con Hilario Valencia Bram, 7 de enero de 2005, se sabe que este mercado formaba parte de los pequeños “mercados de barrios” que se ponían hace un poco más de cien años, “mercados de unas pocas cuadras que se ponían en diferentes lugares del territorio de la cabecera municipal, pero más que nada de los barrios, por ejemplo, el Mercado de la Calle Real (aún existe), el Mercado de la Calle Ancha (hoy se pone cada lunes, en 5 de Mayo), Mercado de San Francisco viejo y el Mercado de San Miguel, que desapareció y estuvo en la calle de Juan Delgado”.
3 Entrevista con Hilario Valencia Bram, 16 de enero de 2005.

Comments

comments

Inauguran Escuelas Deportivas Municipales en Quiroga

Previous article

Tras incendios en el basurero municipal Fanny Arreola anuncia mejoras en la infraestructura

Next article

You may also like

Comments

Comments are closed.