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CDMX.- La verdad sea dicha, varios de mis colegas periodistas me recomendaron que ahora que colaboro para “Tiempo de Michoacán” no dejara de asistir a la ciudad de Uruapan, al Primer Informe Legislativo del Senador Casimiro Méndez Ortiz, alias “El Nene Político”, quien como todo un gigolo tarasco, presentaría su informe de labores en un escenario que por lo caro, según me contaron, ya lo quisiéramos para este diciembre cuando se case mi prima Ricarda Monroy.
Pero mucho me resistí de ver en vivo a este novel político con sus manitas de tacto morenista, expresando festivamente sus alcances en la Cámara Alta como un asambleísta “plurinominal” exitoso.
Luego del suceso celebrado este sábado un colega michoacano me aseguró que su séquito de colaboradores cercanos, dieron un chayotito de 300 pesos para quienes publicaran la parte linda de su informe, y que la exposición del “Nene Político”, lejos de tirarse al suelo de la risa como pasó con una diputada potosina en su informe, expuso los grandes avances que ha tenido como partícipe de la Cuarta Transformación.
No fui, al cabo. Me bastó ver varias imágenes y un video del informe de Méndez Ortiz, donde admiré todo tipo de genes políticos enmascarados, disfrazados, de esa tierra bendita de los “Caminos de Michoacán”, con finas maneras de expresión corporal en que a leguas se observaba que predominó el oportunismo, la improvisación y la astucia maquiavélica, aunque nada que ver con la burrada que me tocó recetarme del informe de la dizque legisladora potosina –para variar de MORENA-, una mujer de cuyo nombre no quiero acordarme.
Pero por tonto (¡yo que iba saber!), preferí ver la última película (clonada) de los Avengers, la del “Juego Final”, a asistir al evento que finalizó hace unas horas.
Vía celular, me reclamó un colega diciéndome que me había perdido de ver al futuro emperador purépecha, el profesor Casimiro Méndez, el nuevo ídolo político de los michoacanos, vestido de gala, perfumado, peinado, y agradable, explayándose con tanta seguridad, con tanta elocuencia, que bien pude haber gastado mis pesitos para dejar caer las lágrimas de emoción en mi rostro al ver el milagro mexicano que viene generando toda la liga de la justicia MORENA, y que se sintetiza en la llamada “¡cuatro-te¡”, hoy expresado en los labios de Méndez Ortiz. O sea, me perdí de ver al nuevo seductor de la palabra y los hechos, un parlamentario que lucha sesión a sesión por el beneficio de la gente.
La verdad que fue una mala decisión ver aquella película de ficción americana, aunque estuvo muy entretenida, que irme a Uruapan donde venden un rico café y las carnitas del centro saben mejor que cualquier platillo típico de la CDMX.
Por cierto, hace unos minutos me llamó un amigo periodista de Uruapan:
“Sí nos dieron un chayotito, pero lo más chido fue cuando saludamos al Senador, “¡la neta me ganó su sonrisa tan tierna!”.
Les diré que poco me importaba el trabajo legislativo del “Nene Político”, pero nada más con enterarme de lo que pasó en Uruapan, “me siento en la edad de merecer” para acercarme al Senador y llegar a ser su amigo, para promover el ejemplo político que viene haciendo este maestro grande de pensamiento y acción, ¡y dueño del Solio de Ocampo dentro de algunos años! / Juan Barrientos Figueroa.
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