CDMX.- 11 de septiembre de 1971. 11 de septiembre de 2021. Han transcurrido 50 años, toda una vida. Los que estuvimos en Avándaro no nos imaginamos entonces que se llegaría este día, mucho menos en las condiciones actuales en las que está el mundo y nuestro país. La historia está escrita y nada puede cambiarla. Que si fue un evento negativo para nuestro rock o que si fue la cúspide del mismo, es cuestión de enfoques. Continuarán escribiéndose ríos de tinta sobre el tema y los especialistas de ocasión continuarán pontificando sobre un episodio de nuestra historia que no les tocó vivir ni lo entienden ni lo aprecian… y ni hace falta. El público que estuvo ahí no necesita que ningún literato exquisito se los explique porque lo vivieron en carne propia. Los músicos que tocaron ahí quedaron ungidos para siempre con un halo legendario que los ubica aparte del resto y a la mayoría de ese resto les duele no haber estado ahí. Y por ello descalifican al festival y sus participantes. También hubo músicos que merecían haber estado ahí y no los incluyeron así como los que por causas fuera de su control no pudieron participar a pesar de haber sido invitados. Y los mentirosos de siempre, que no estuvieron ahí pero que aprovechan las inconsistencias de crónicas mal sustentadas y tergiversadoras para adjudicarse un mérito que no merecen, aunque sean famosos. Los que estuvimos en Avándaro vivimos tres días en la tierra prometida y pagamos el precio los siguientes 50 años. Y valió la pena. Porque solo quienes participamos de esa celebración a la vida y al Rock Mexicano sabemos lo que pasó ahí, lo que se vivió ahí y lo que se consiguió a pesar del linchamiento mediático del que fuimos objeto los siguientes años. Continuarán los debates y cuestionamientos tanto hacia los músicos (por parte de los mismos músicos de todas las edades), como al público por parte de la iglesia, el gobierno, los medios, etc. Que digan misa. Haber estado en Avándaro y haber sido protagonista de ese episodio es una vivencia que nadie me la quita ni me la puede regatear y a 50 años de distancia me congratulo de haber estado ahí aportando mi granito de arena en el escenario y haberme convertido en parte de la historia. / Víctor Moreno, músico mexicano.
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