Sé todo lo que dicen de mí. Sé que la gente piensa que estoy loco, que me quedé sin seso. Bueno, quizá tengan razón, pero soy feliz y creo que estoy cuerdo.
La gente cree que ahora soy raro porque no ando por ahí en traje elegante o no hago las mismas cosas ordinarias que hace la gente ordinaria durante toda su vida. Si quiero usar el cabello largo y me siento cómodo en una vieja chaqueta militar azul, es sencillamente porque así estoy cómodo.
Al menos si la gente no cree realmente que soy una rareza, entonces cree que soy excéntrico, un millonario excéntrico que se está volviendo loco.
La gente cree que soy una rareza por la forma en que vivo, por las cosas que hago y digo y la forma en que me comporto. Pienso y digo y hago las cosas que quiero hacer y no hago las cosas aburridas que la gente ordinaria piensa que debo hacer.
¿Me hace eso rareza o un excéntrico?
Sé lo que la gente dice acerca de mí y sé lo que piensan por la forma en que me miran. A veces duele, realmente duele, porque uno comprende que la gente le mira como si fuera un mandril en un zoológico.
La gente me recuerda cómo era yo cuando, como uno de los greñudos Beatles, andaba de gira por Norteamérica, Australia y Europa, y tocaba gran música moderna, Recuerdan el hermoso cabello limpio y los trajes inmaculados que todos acostumbrábamos usar y la imagen limpia y pulcra que teníamos. Y ahora me miran, vestido como estoy, y no pueden comprender.
En aquellos días Paul, y yo, George y Ringo, éramos queridos por todos y mucha gente nos respetaba. Entonces empecé a ver las cosas bajo una luz diferente y empecé a cambiar. Y conforme me he ido volviendo más individualista, la gente ha pensado que me estoy volviendo loco.
Empecé a dejar que mi cabello creciera cada vez más largo; empecé a usar ropa vieja y empecé a utilizar estos anteojos de aro delgado que no me hacen ver precisamente bien.
La música que escribía empezó a ser más audaz, más interesante y, aunque la gente y críticos pensaron que estaba fuera de onda, y a veces hasta era simplona, los muchachos aún la disfrutaban y compraban los discos.
Las palabras que escribí para la música también empezaron a ser más complicadas y menos fáciles de entender; y aún hay gente que me pregunta cuál es el significado de “Strawberry Fields” y de algunas otras canciones.
Entonces empecé a creer que la meditación era una forma de vivir, algo nuevo que podría ayudarme a comprender el porqué de la gente y de las cosas en todo el mundo. Fui al Maharishi sin titubeos y lo mismo hicieron todos los otros.
Creo que fue eso, más que cualquier otra cosa, lo que hizo a la gente pensar que estaba chiflando. Pensaron que mi mente se estaba yendo a otro planeta. Simplemente no podían comprender que yo estaba tratando de encontrar una forma distinta de vida, una manera distinta de pensar, una manera distinta de ser.
Cuando pinté mi Rolls con colores sicodélicos, bellos, grandiosos, alocados, la gente me miraba al pasar…. y sacudían sus cabezas. Y sacudían sus cabezas no porque no estuvieran de acuerdo sino porque sentían pena, pena por mí, por lo que me estaba sucediendo. Yo lo notaba, amigo, yo lo notaba.
Pero la música que hacíamos seguía siendo más nueva y más brillante, diferente, y aún hoy, por ejemplo “Hey Jude”, el último disco que sacamos, parece venderse más y más rápidamente que la de antes. Y eso no está mal, ¿verdad?
La gente se sintió agraviada cuando dejé a Cynthia y a mi hijo Julián por la artista japonesa Yoko Ono. Tenemos mucho en común porque a ella le gusta la pintura oriental y la música. Pero mi boda con Cyn fue sencilla, ordinaria, convencional. No había gran amor de por medio. Mi matrimonio no era infeliz, pero nada pasaba; sólo seguía una senda recta, carente de emoción.
No tenía intenciones de divorciarme de Cyn hasta que conocí a Yoko. Nunca antes me había enamorado y me pegó tan fuerte que supe que tenía que vivir el resto de mi vida con Yoko. No había otra salida. Tenía que divorciarme de Cyn.
Pero antes de tomar una decisión pensé en ello mucho tiempo. No fue una decisión repentina. Al final, hablé con Cyn y le dije que quería divorciarme y que me había enamorado de Yoko.
Al principio mi atracción por Yoko era mental; simplemente nos reíamos de las mismas cosas, teníamos los mismos intereses e inmediatamente nos comprendimos el uno al otro. Después vino la atracción física.
Ahora sé que quiero casarme con Yoko y que ella se quiere casar conmigo.
Estábamos esperando un hijo, pero Yoko lo perdió por un malogro. Estábamos muy tristes porque ambos queríamos al hijo. Ambos queríamos mucho tenerlo. Queremos tener muchos niños y vivir en una casa grande en el campo.
Podríamos vivir juntos sin casarnos, como lo hace mucha gente, pero realmente nos sentimos ligados el uno al otro, así que ¿por qué no casarnos? Ambos pensamos así.
Alguna gente cree que realmente he enloquecido desde que conocí a Yoko. Señalan algunas de las cosas que hemos hecho que les parecen horripilantes.
La muestra de arte que exhibimos fue estupenda, pero la mayoría de la gente pensó que era simplemente una extravagancia. Pusimos balones y las telas estaban en blanco sin nada pintado; pero para nosotros era bello, y al organizar una exposición de arte como esa, hicimos posible que viniera todo el que quisiera a poner su propia interpretación sobre las telas en vez de ponérselas nosotros.
Y claro está que ahora la gente está convencida de que su cabeza no anda bien por la portada de nuestro disco “Dos Vírgenes”, en las que aparecemos ambos completamente desnudos; de frente en un lado y de espaldas en el opuesto.
Pero hay una razón para ello.
Claro que ambos nos sentimos apenados; de hecho tan apenados que yo mismo tomé la foto. Utilicé un disparador de tiempo para que nadie nos viera desnudos.
¿Por qué? Porque sería probar a todos que no somos anormales, que no somos rarezas; que somos dos personas normales con cuerpos exactamente como los de los demás. Quise mostrar que no hay diferencia entre nosotros y ellos.
A pesar de lo que alguna gente ha dicho, la cubierta no es obscena. Es sólo honesta. Esa cubierta del disco no es sensual en ninguna forma, n ruda, ni vulgar.
Si hubiéramos querido protagonizar una escena ligeramente pornográfica, entonces la foto habría sido muchísimo más sutil y sensual. Pero eso había sido hipócrita y odiamos eso.
Ese es todo el significado de mi escena y la de Yoko. Esto es lo que Los Beatles eran, y aún son. Cambiamos de música y el cabello corto y el baile y la ropa.
Ahora lo que queremos hacer es cambiar también la mente de las personas, y cambiar la forma en que piensan. Si podemos hacer eso, entonces habremos triunfado en cambiar el patrón de vida. Ese desnudo fotográfico hace que la gente se enfrente a la realidad sin hipocresía. Ayuda a la gente a ser honesta y a enfrentarse honestamente a cosas y situaciones.
Y espero que entonces la gente podrá ponerse en la misma onda, en la misma forma que todos comprenden cómo Los Beatles cambiaron el escenario al principio de nuestra carrera.
La forma en que he visto y me comporto y actuó ahora ilustra a la gente que no importa cómo se comporte uno, ni cómo vista, sino lo que uno tenga en la mente.
Y no creo que esté refiriéndome a las drogas.
Claro que Yoko y yo fuimos arrestados y acusados de poseer resina de cannabis. La corte me multó con 321 dólares pero retiró cargos contra Yoko.
Creo que si la gente quiere fumar se le debe permitir fumar, así como se le permite fumar tabaco. Si el tabaco hubiese sido descubierto apenas ayer, ¿cree alguien que las autoridades permitirían que se fumara? Yo les daré la respuesta…: no.
Y esas son todas las razones, o la mayoría de ellas, de por qué la gente tiene esa tonta idea de que me estoy alocando. Si no medio loco, cuando menos me creen excéntrico. Pero no creo serlo. No me molesto en ver doctores o psiquiatras o cualquier otro tipo de lava cabezas porque no creo que haya necesidad.
John Lennon.
De: El Mundo de Hoy, Editorial Novaro, México, 1970.
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