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El orador debe discreto sobre la elección de lo que va a decir, Boccaccio

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«Mercurio lleva sandalias aladas para describir la velocidad de la conversación que en ese mismo momento sale de la boca del que habla y es recibida en los oídos del que escucha. Además, muy a menudo designan la velocidad propia de los mensajeros. Lleva un caduceo (vara) para mostrar el oficio de mensajero.

Pues ciertamente los mensajeros acostumbraron a llevar en algún tiempo caduceos como distintivo. Dicen que con este caduceo Mercurio llamaba a las almas del Orco y enviaba a algunas a aquél y así por ello podemos entender las fuerzas del elocuente, con las que muchos son arrancados de las fauces de la muerte y algunos empujados a ella. (…)

El hecho que esta misma vara quite y envíe sueños, es bastante claro que por la elocuencia los inactivos y dormidos se despiertan al ejercicio y a los demasiado exaltados los retrae a su decoro, a componerse y a dormir.

El caduceo (vara) está ceñido con una serpiente para que por la prudencia de la serpiente se entienda que es conveniente que el orador sea discreto sobre la elección de lo que va a decir, de los tiempos, lugares e incluso de las personas, para que el orador lleve a los oyentes a donde desea.” De: Giovanni Boccaccio, Los quince libros de la Genealogía de los dioses paganos, cap. LXII, Ed. Centro de Lingüística Aplicada Atenea, Madrid, 200

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