Día de Muertos en la Ciudad de México. Los que se fueron caminan entre los vivos. Nada más cierto en el mundo de espionaje. El agente secreto 007 inicia en el ombligo de la Luna una encomienda de venganza, sin saber que eso revelará una conspiración que delinea su propia vida dirigida por un esquivo demiurgo que armó un rompecabezas macabro. Apartado del cancelado MI6, el espía británico recorrerá el mundo localizando a su peor enemigo: un inteligentísimo estratega que siente predilección por blanquísimos mininos.
007 SPECTRE, la cuarta cinta del Bond, James Bond, interpretado por Daniel Craig, puede presumir sin rubor ser diseñada para complacer a cualquier fan del histórico doble cero siete. En efecto, desde el inicio del filme comienzan los guiños a Sólo para tus ojos, Desde Rusia con Amor, La espía que me amó…en fin, las cintas clásicas que erigieron al 007 como un símbolo sexual desde los años 60. El diseño de arte es estupendo, y no es chauvinismo afirmar que logra su esplendor en la secuencia de inicio de la cinta, que tiene su cénit con el vuelo frenético de un helicóptero sobre el Zócalo de la capital mexicana. Y es tan espectacular esta vistosa entrada, pletórica de calaveras y catrinas danzando al ritmo de una hipnótica banda sonora, que ahora las autoridades defeñas se las verán de cuadritos para duplicar y convertir en tradición esta estilizada ceremonia que abreva completamente en lo cinematográfico. Sin duda, el filme atraerá turismo, pero a la vista de cómo está manejada la ciudad, mucho hay que temer que el actual gobierno desperdiciará la oportunidad de deleitar a los viajantes con una ceremonia digna de una gran urbe. Es decir, no habrá visión para capitalizar esta erogación de nuestros impuestos.
Además de las auto referencias, varios son los aciertos de 007 SPECTRE. La nueva canción no se convertirá en la preferida de ningún playlist, mas la secuencia de créditos no tiene nada que envidar a las de Maurice Binder. Las chicas Bond son realistas en edad y comportamiento, aunque le hubiera funcionado perfectamente un poquito más de maquillaje a Moneypenny. Y por supuesto, el ayudante mamado del malo es un gran homenaje a Oddjob.
Sin embargo, la gran falla del director Sam Mendes es no respetar las propias reglas que él mismo había impuesto en Operación Skyfall, y que le permitieron a esa cinta ganar más de mil millones de dólares en taquilla. Soslayando el hecho de que las secuencias de acción quedan a deber; acotemos que a diferencia de su anterior cinta, donde los nuevos personajes se definían a sí mismos a través de los diálogos, en esta ocasión se pierde tiempo y ritmo al presentar ambiguamente al villano más memorable de los que ha tenido el espía al servicio de Su Majestad. Cierto, rodeado de expectación, llega el punto en que el malvado cabeza de SPECTRE se presenta con todos sus letras… ¿Y? Los espectadores veteranos ya se lo esperaban, y para las nuevas generaciones no tiene significado alguno, por lo que el momento se hace completamente irrelevante. Y una falla de estructura de esa naturaleza… ni el gigantesco talento de Christoph Waltz puede remediarla.
Con todo, el regreso del alcohólico seductor con licencia para matar no dejará indiferente a nadie. Atención especial deben poner los fanáticos de hueso colorado, que encontrarán varios guiños a sus obsesiones pop en el muro dedicado a los espías caídos en acción. Y el resto del público se concentrará en las nuevas peripecias de ese agente famosísimo, emulado y envidiado; tan seguro de sí mismo que, vestido de smoking en el desierto, no añora agua, sino un Martini agitado, no revuelto./ Originalmente publicada en 2015.
ESCRIBE, SALVADOR QUIAUHTLAZOLLIN.
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