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Juan Villoro, el poeta de metáforas exageradas, apocalíptico, les pone una regañada paterna a los internautas, los llama «esclavos narcisistas» a los relajientos que mienten balconean, exhiben a políticos, artistas, a sus propios amigos, enemigos y a ellos mismos en aspectos de su privacidad e intimidad, con textitos videos y fotos de diversa calidad y contenido.
A los críticos y censores de las redes les molesta, les intolera, les irrita esa anomia inofensiva y desmemoriada que son Twitter, Facebook o You tube. Pero no pasa nada en las redes, son una fiesta libre, lo que pasa aquí, aquí se queda, y todos los que lo deseen tendrán unos minutitos de fama. Me da risa la exageración y furia de escritores, fotógrafos, reporteros, sociólogos que «acusan» de «sentirse» escritores, fotógrafos, reporteros, sociólogos a los que se atreven a pergeñarse fotos, relatos, críticas en estos medios.
Las redes no son revolucionarias de la sociedad. A lo más Internet es información universal, libros gratis, cultura social histórica, política, es cosa de buscarle para encontrar lo que uno desee. También es entretenimiento-enajenación, Entfredmung, alienación, dicen los cripto-marxistas ortodoxos Las redes son narcisismo, prisión pero las llaves del calabozo son de chocolate bombones y terciopelo: las redes son sólo una fiesta desmadrosa sin censores y en donde el que se ríe o se lleva, se aguanta. Aquí, nadie sale lastimado a lo más con el ego un poquitín despostillado.
Posdata. Tal vez a Villoro le duela tantito que en los espacios donde lo han criticado o fileteado, sea en las redes, pues en los medios impresos, nadie se mete con él. En cuanto a interpretaciones, el cuchillo se ha usado para cortar, y matar animales o humanos. Las redes sirven para pasarla bien y para «atacar» al prójimo, El ser humano es una cosa del carajo.
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