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1. El problema: la gran cantidad de glucosa(azúcares) que contienen las sodas, pasa a la sangre ipso facto, se produce exceso de uso de insulina, para que entre a las células, PERO NO SE ALMACENA COMO CARBOHIDRATOS, sino que se convierte en ácidos grasos (lípidos) oxidados, tóxicos, de manera ineluctable.
2. Consecuencias a largo plazo: aumento de las grasas, aumento de peso lo cual conlleva a hemorroides, dolor de articulaciones de rodilla, disomnios por roncar, hernias, dificultad para respirar, habituación, tolerancia y dependencia a los azúcares de los alimentos. Se establece círculo vicioso.
3. Consecuencias graves invisibles para el ojo humano porque son a nivel celular: a) aumenta el tamaño de las células adiposas, al infinito; b) la insulina, indispensable para la vida-como el amor-siempre se acaba; c) todos los tejidos y órganos se inflaman, principalmente, corazón, riñón, globos oculares, retina, hígado, y TODOS los vasos; d) revientan por microhemorragias los órganos más irrigados: eso es la Diabetes. Todo obeso será diabético, por eso se le nomina ya a ese binomio, DIABESIDAD.
4. Lo que se ve y se padece: aumento de peso, dolores de todo tipo; los peores: las neuralgias; pérdida de la visión, infartos cardíacos, cerebrales, renales, infecciones múltiples, pérdida de piezas dentarias; incompetencia eréctil en el hombre, problemas de vejiga: incontinencia urinaria.
5. Lo inevitable: el DOLOR generalizado, los costos de vivir, dependiendo de los otros: casi ciegos, con dificultad para caminar, de valerse por sí mismo, diálisis, infecciones, amputaciones.
6. Nuestra realidad: casi siete de cada diez personas, estamos viviendo lo anterior. Todos los especialistas de la salud presumen que su tratamiento es el mejor, que curan, pero, hoy por hoy: NO HAY TRATAMIENTO.
Juan Heladio Ríos Ortega.
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