Morelia, Mich.- Hace más de dos décadas, el memorable 5 de mayo de 1989, hombres y mujeres que anhelábamos y seguimos anhelando un mejor país confluimos en torno a un proyecto político que habría de transformar la vida de México: el Partido de la Revolución Democrática (PRD). Al respecto, Carlos Torres Piña, presidente y Antonio García Conejo, Secretario General del Comité Ejecutivo Estatal, sostuvieron que a lo largo de estos años, con esfuerzo, arrojo y sacrificio de miles de mexicanos, el PRD se convirtió en la principal fuerza política de izquierda de nuestro país.
El nuestro es un partido incluyente, progresista, que abraza las mejores causas. Coincidieron en que las circunstancias por las que atraviesa México demandan a militantes y liderazgos del PRD que afiancemos nuestra unidad. Nuestro país enfrentará en el futuro inmediato grandes desafíos, y otras fuerzas políticas ya han demostrado su ineficacia para lograr que la población alcance mejores niveles de bienestar y desarrollo.
Además, el presidente y el secretario general reconocieron que es el sentir de la militancia en todo el país y su congruencia de entender al partido como algo que trasciende las ambiciones personales, coyunturas y acciones oportunistas, estamos convencidos de que en el PRD es momento de definiciones, de diferenciar proyectos, de demostrar que la nuestra es una propuesta política de izquierda moderna, que vela por los intereses de la nación y de los ciudadanos, que ante todo busca alcanzar la anhelada justicia social. De la misma forma, suscribieron que es el momento del PRD.
Nuestro partido tiene ante sí la oportunidad histórica de demostrarle a millones de mexicanos que nuestra propuesta política es la que requiere el país para salir adelante. Por ello, hoy más que nunca, en nuestro partido no hay cabida para ambigüedades ni dobles discursos. Las y los perredistas, los que siempre hemos estado y aquí seguiremos, no creemos en los mesianismos ni en las recetas de siempre, que sólo privilegian a una minoría y que profundizarán la debacle nacional.
El PRD, además de ser un partido político, representa la institución desde la que se construye una alternativa política distinta de nación, y esa vocación es más fuerte que la oposición de aquellos que, en el afán de dar impulso a su ambición personal, dan la espalda a los principios de una izquierda progresista, plural y democrática.
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