* En 1972 nació el fraccionamiento que se convertiría en una de las zonas más exclusivas de la ciudad.
El 5 de enero de 1972, el semanario local “El Cruzado” daba a conocer a sus lectores que lo nuevo en Uruapan sería vivir en el Fraccionamiento “El Mirador”, noticia de sumo interés para quienes deseaban construir una casa-habitación, aprovechando un fraccionamiento que “garantizaba su inversión, su seguridad y su tranquilidad”.
El medio informativo daba cuenta que ya habían empezado a construir, “aprovechando las ventajas de localización geográfica y urbanización del nuevo fraccionamiento”.
Se situaba frente al Motel “Pie de la Sierra”, siendo una ubicación pensada a futuro y de fácil acceso, recordando que el motel disponía del servicio de autobuses y urbanos, “con lo que se evita el peligro de transitar por la carretera”.
El fraccionamiento contaba con todos los servicios, sus calles dotadas de empedrado especial, cuya calidad superaría al pavimento de concreto que solía usarse, al ofrecer una resistencia igual o superior a la pavimentación ordinaria, además se evitaría el exceso de velocidad vehicular que pudieran aplicar en las calles los conductores irresponsables, con el consiguiente peligro para los caminantes y en especial para los niños.
Las propiedades del fraccionamiento eran una novedad arquitectónica y ambiental, moderna, ya que casi a todas las manzanas se les había reservado una fracción de terreno para jardín, puesto que aparte de constituir zonas verdes, eran indispensables para ser áreas de descanso para los residentes del fraccionamiento.
Cuatro días después, el 9 de enero de 1972, el semanario “Critica” publicaba en su primera página que “hay una gran noticia para usted, ya que se ha iniciado la construcción del gran Fraccionamiento El Mirador, destinado para 630 familias, con acceso frente al motel, con urbanización completa de primera, ¡conózcalo!”, invitaba.
La publicación semanal “Comentarios”, el día 16 del mismo mes, por su parte explicaba que el fraccionamiento implicaba un desarrollo progresista, una visión de que Uruapan debería de ser una importante zona de crecimiento habitacional, optimizado, a la par de las bellezas que están al por mayor del paisaje natural.
Y aseguraba que apenas iniciada la venta de terrenos el 6 de enero, el público ha podido apreciar lo magnífico del fraccionamiento, que cuenta además con una extensa área que ha sido adornada con plantas ornamentales, como magnolias, jacarandas, azaleas y árboles, entre ellos el cedro, pino, roble, tabachín, que darían su nombre a las plazas o a las mismas calles.
El moderno fraccionamiento se había trazado acertadamente con amplias avenidas, un drenaje y alcantarillado de calidad, servicio de agua, banquetas bien delineadas; además un centro comercial que se tenía planeado fuera el primero en su género en la región.
Dentro de esta misma zona residencial hay espacio para escuelas, un templo, jardines de niños, así como áreas para campos deportivos.
Los señores Miguel Agustín Elizalde y Adolfo Luján, gerentes general y de ventas, respectivamente, explicaban al semanario que todo había sido estudiado para dar una buena comodidad y seguridad a las familias residentes; es por ello, agregaba, que “el fraccionamiento está planeado para una zona residencial con todos los servicios y pensando en satisfacer las necesidades futuras, ya que incluso tendrá comunicación directa a través de una amplia avenida que se construye para unirla a la avenida Circunvalación que parte del entronque (actualmente Calzada Juárez y Av. Chiapas) de la carretera Uruapan-Carapan, lo que da mayor seguridad a los habitantes de este fraccionamiento”.
Por otro lado, “se nos informó que la luz pública será mercurial y que contará con red telefónica debidamente estudiada para que haya el servicio en todos los rincones del mencionado fraccionamiento El Mirador. Actualmente se está trabajando con intensidad para terminar en un corto plazo las principales obras que permitan acelerar la conclusión total del fraccionamiento y poder continuar con lo que falta de la organización total, lo que permitirá que de inmediato se proceda la construcción de casas. Para mayores informes en sus oficinas de Juan Ayala número 9, o bien directamente en el propio fraccionamiento”.
Refería “Crítica”, en su edición del 2 de julio de aquel año, que “ante el problema de la vivienda se hace necesario que cada jefe de familia trate de lograr a medida de sus esfuerzos económicos, el terreno más apropiado para construir su casa. Buscando el sitio que mejor le conviene y desde luego eligiendo lotes en los fraccionamientos más modernos en la periferia de nuestra ciudad que ofrezcan las mejores condiciones urbanísticas, como lo es el fraccionamiento El Mirador, que se situaba al noroeste de Uruapan a inmediaciones del Motel Pie la Sierra”.
En este sentido, consideraba que para entonces la demanda era notoria por lo que ofrecía la empresa, es decir, un lugar “que por su clima ideal cuenta con servicios de agua, luz, embanquetados, drenajes y las facilidades de pagos por la empresa Purembe Inversiones Michoacanas S. A., los cuales nos hemos enterado que ya muchos interesados locales y de otros lugares de la República están deseosos de adquirir lotes para una construcción de su casa-habitación”.
Es así como, el Fraccionamiento El Mirador iniciaba como una zona habitacional identificada por vecinos de la sociedad uruapense y aquellos habitantes que tenían el nivel económico para adquirir una propiedad en esa zona que por décadas se caracterizó como la más privilegiada de la ciudad.
Por cierto, para 1974 de acuerdo al plano turístico de la ciudad de Uruapan había varios fraccionamientos alrededor de la periferia, por ejemplo, rumbo al fraccionamiento El Mirador se encontraban Coria, Huertas y Hurtado; también se cita al Manantiales de Uruapan. Y a la salida a Tingambato se localizaba el Bellavista. Del mismo modo, cerca de la estación del ferrocarril se hallaba El Colorín, y rumbo a la colonia Emiliano Zapata: Los Pinos y Paseo de la Loma. También estaban Purépechas, Jardines del Cupatitzio, La Joyita, Los Ángeles, San José Obrero, y J. Mújica.
Sergio Ramos Chávez, Cronista de la Ciudad. Con la participación de Enrique Murillo Lara.
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