*** Dedicada a dos grandes actores: Patricia Reyes Spindola y Alonso Echánove: “Los Motivos de Luz». Una película que es un mural de un México injusto y lamentable.
A más de treinta años de haberse filmado esta película, es un fiel reflejo del peor cuadro humano que simboliza lo que es México. Terrible porque transparenta la injusticia social privante. La miseria, la ignorancia, el analfabetismo, el machismo enfermo y dominante, la falta de oportunidades de buen trabajo para salir adelante del apremiante vivir. Película realizada en 1985 y México continúa en la misma senda desgraciada. Su injusticia social provocada por gobiernos rapaces e indolentes es innombrable.
Cinematográficamente la cinta es impecable. Dirección capaz y talentosa de Felipe Cazals. Guión inteligente y profundo, que refleja realidades, que obliga a la conclusión, por parte del espectador ; espléndido trabajo del maestro Xavier Robles. La fotografía que detalla, que es eco trágico por parte de Ángel Goded.
Caso verídico sucedido en 1982 en el Ajusco. En un barrio miserable, Elvira Luz Cruz, mató a sus cuatro hijos pequeños. Las causas: incapacidad para darles de comer, abandono de su pareja, celos, desesperación, dolor. Este caso de la nota roja es desarrollado magníficamente por Cazals, Xavier Robles y todo un equipo creativo para mostrar un cuadro de la aberrante pobreza. Un espejo de miseria contundente. La película fragmenta la narrativa. Va de los interrogatorios al recuerdo anecdótico, vuelta a las pláticas con la defensa y psicóloga de «Luz» para volver al flashback rememorado y luego intercalar conclusiones por parte de la licenciada defensora y doctora de «Luz». Estos fragmentos se entrelazan con interrogatorios con los involucrados: Sebastián (pareja de Luz), suegra y comadre. Así mismo vemos la vida de purgatorio de «Luz» en el penal. La cámara capta el pensamiento de la protagonista y los involucrados. Las imágenes y narrativa llevan al espectador a sacar conclusiones. Lo conduce a tomar una postura crítica. La dirección actoral va a la contención. No desbordan, ahondan. Las emociones son suscitativas.
Actoralmente nos encontramos con grandes trabajos. Patricia Reyes Spíndola es «Luz». Dando a su personaje una gama de matices impresionantes. Su técnica cinematográfica de expresión es de orfebrería. Sus ojos hablan, comunican la imposibilidad, una axiología confundida con la que vive su mundo. Una realidad e irrealidad asumida como cotidianeidad. Los resultados de sus acciones la llevan a vivir una desesperación. Sus escasos argumentos educativos no le alcanzan a traducir su terrible realidad. Sólo es. Patricia es una actriz mayúscula. Ana Ofelia Murguía, esa gran actriz mexicana, borda nuevamente. Una ambiguedad es su personaje. Los detalles con lo que deja asomar los pensamientos de su rol dan característica, permitiéndonos conocer quién es. Delia Casanova, pedazo de actriz, vive la misma confusión que el público irá viviendo a lo largo de la película. ¿Es Luz culpable? ¿Es sana mentalmente? Su conclusión al final de la cinta es una interrogación inquietante: ¿Qué es estar sano en condiciones de vida miserable? Mi querido Alonso Echánove está soberbio en la recreación de su macho mexicano Sebastián. Protegido de mamá, enamoradizo irresponsable, y con sueños de ser Javier Solís.
Extraordinaria película que habla de la universalidad cinematográfica, temática, crítica y narrativa, de Felipe Cazals. Del talento para elaborar de una nota roja un lienzo oscuro-doloroso. De nuestra historia contemporánea como marco social de vida. Un tema tocado el mismo año de 1985, en el teatro, por nuestro querido dramaturgo Víctor Hugo Rascón Banda, QEPD. La obra se llamó: «La Fiera del Ajusco», estrenada un Septiembre 6 de 1985 en el Teatro Santa Catarina de Coyoacán. Obra donde tuve el privilegio de participar como actor. Y tener el anecdotario vivo en el presente para recordar como el público reflexionaba hondamente al ver su cruenta realidad.
«Los Motivos de Luz», es el ejemplo del cine que México debe hacer. Un cine que profundiza y habla de cerca a la conciencia reflexiva del espectador para saber qué, y quién es como mexicano. Hoy nuestro cine naufraga en el más intrascendente descafeinamiento creativo. Salvo honrosas excepciones, claro está, mismas que nos dignifican y dan ánimo de verlas y reflexionarlas.
Raúl Adalid Sainz, en algún lugar de México Tenochtitlan.
Este escrito fue publicado en mi libro, «Historias de Actores» (un recorrido por el mundo teatral y cinematográfico); hoy lo revivo como un homenaje a una de las más grandes inteligencias creativas de nuestro cine mexicano: el contundente y comprometido con su realidad social : Felipe Cazals, QEPD.
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