CDMX.- ¿Qué convierte a un disco en fundamental del Rock Mexicano? ¿Qué debemos entender por Rock Mexicano? A mi forma de entenderlo, un disco se vuelve fundamental cuando su presencia y aportación al Rock Mexicano trascienden más allá de la sola propuesta estética y se convierten en referencia obligada y hasta definitoria de su momento. Por Rock Mexicano entiendo toda la obra e historia de los grupos que han existido en nuestro país desde el inico de este movimiento allá por 1956 pero sobre todo, lo que han aportado los auténticos músicos y compositores de nuestro rock por más de 60 años, tanto los buenos como los malos, todos forman parte de esa historia. Cayó en mi poder este disco el cual por la fecha de edición salió al mercado cuando yo todavía iba a la primaria y mi acercamiento al rock estaba por darse aunque nunca tuve oportunidad de escucharlo. Confieso que tenía curiosidad por saber de qué iba, sobre todo por los nombres de algunos de los involucrados como Carlos Monsiváis y José Luis Cuevas, aunque ya había leído algunas reseñas que en su mayoría caían en la lisonja gratuita nomás por tratarse de Alfonso Arau de quien tengo una opinión personal positiva por su trayectoria como actor y director, pero no como músico, cantante o compositor de rock. Porque no lo es. Lo que entiendo de acuerdo a la descripción contenida en la funda del disco es que primordialmente se trata de la música de una puesta en escena acorde a su época, mediados de la década de los sesenta y con un enfoque humorístico y de parodia. Es un disco divertido y hasta interesante que realmente no propone nada en el terreno del rock como para considerarlo fundamental. Cuenta con colaboraciones puntuales de gente como Marcos Lizama, músico y productor de cabecera de los Yaki, Polo Tena, bajista de los Rebeldes del Rock, Julián Bert en el piano y José Luis Martínez en la batería por lo que las rolas se dejan escuchar con soltura, te enganchan fácil, pero no tienen mayor pretensión. Su punto focal son las letras las cuales entiendo son de la autoría de los mencionados Cuevas, Monsiváis y el propio Arau quienes cultivan un humorismo con pretensiones intelectuales de acuerdo a lo que eso significaba en los sesenta y que décadas adelante retomarían grupos como las Ultrasónicas, los Esquizitos y otros similares sin descartar al ejemplo más obvio, Botellita de Jerez que recicló el concepto que a las generaciones noventeras les pareció novedoso y hasta genial. Cada quien sus gustos pero para mi este disco no califica como fundamental porque ni siquiera es un trabajo de rock sino de vodevil con música A Go Go. Fundamentales son el disco Hippies de Los Ovnis, el primero de Iconoclasta, el primero de Toncho Pilatos, el de El Ritual, el de La Máquina del Sonido, el primero de los Locos del Ritmo, el primero de los Dug Dug’s, el primero de MCC, el Hecho en Casa de Nuevo México, el de El Silencio de Caifanes, el Símbolos de Santa Sabina, el primero de la Revolución de Emiliano Zapata, el Re de Café Tacuba, los discos de Real de 14, el Pasaporte al Infierno de Luzbel, el Nadie en Especial de Chac Mool, en fin, habiendo tantos trabajos sobresalientes un disco como el de Los Tepetatles no tiene el peso específico necesario y sucumbe dramáticamente frente a los trabajos de Naftalina quienes de verdad realizaron crítica social y musical cargada de ironía inteligente y bien fundamentada. Considero que el que mucha gente se enganche con este disco y lo ponga en un altar es de entrada muy respetable pero me queda claro que no saben de Rock Mexicano y se dejan manipular por gente que a su vez tampoco sabe pero hasta presumen de hacer enciclopedias donde escriben puras barbaridades que solamente confunden más al público lego. Flaco favor el que hacen. Esa es mi opinión. / Víctor Moreno, músico mexicano.
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